Viernes 6 de junio de 2025
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Cristina Kirchner y Axel Kicillof reactivaron el diálogo y arman una mesa política para negociar listas de unidad

Tras meses de tensión, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador bonaerense Axel Kicillof retomaron el contacto político con una reunión a solas en la que acordaron dar el primer paso hacia una posible estrategia electoral conjunta de cara a las elecciones del 7 de septiembre. El encuentro, que se mantuvo en estricta reserva, derivó en la creación de una comisión integrada por referentes de ambos espacios que empezará a delinear las listas.

Desde la Gobernación aclararon que el acercamiento no implica una unidad garantizada, aunque reconocen que existe una voluntad de avanzar. “Vamos a intentar que funcione”, deslizaron fuentes oficiales. El acuerdo surgió tras una jornada marcada por rumores cruzados y desmentidas, en la que una versión aseguraba que la reunión entre ambos se estaba llevando a cabo mientras Kicillof encabezaba un acto público en La Plata junto al intendente Julio Alak.

Más tarde, el mandatario mantuvo encuentros reservados con funcionarios y encabezó un acto con intendentes oficialistas y opositores donde se firmaron convenios con el Banco Provincia. El trasfondo político, sin embargo, estaba centrado en el regreso del diálogo con Cristina.

La decisión de la ex mandataria de postularse como candidata en la Tercera Sección Electoral aceleró los tiempos internos del peronismo. El anuncio generó incomodidad en el núcleo de intendentes alineados con Kicillof, entre ellos Mario Secco (Ensenada), Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Fabián Cagliardi (Berisso). Este último cuestionó públicamente la jugada de Cristina: “Si ella quería ayudar, que lo haga donde históricamente perdimos. En la Tercera no se perdió nunca”, señaló en declaraciones radiales.

La reunión entre Cristina y Kicillof también cayó por sorpresa entre los más de 40 intendentes que integran el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio político que lanzó el propio gobernador para tomar distancia del kirchnerismo duro. Esos jefes comunales habían recibido un mensaje del mandatario en el que prometía escuchar sus posiciones antes de verse con la ex presidenta. No todos lo tomaron bien.

En el mensaje, Kicillof pidió que el encuentro con Cristina se mantuviera en un marco de “discreción y respeto”, al tiempo que manifestó su disposición a dialogar con todos los sectores peronistas, incluso los más distanciados del kirchnerismo.

Mientras tanto, en La Matanza –el distrito más poblado del país– se puso en marcha la “Mesa Cristina 2025”, conformada por dirigentes cercanos a la vicegobernadora Verónica Magario. Allí apuntan a reforzar la campaña de la ex presidenta, mientras Magario y el intendente Fernando Espinoza mantienen un llamativo silencio tras el anuncio de su candidatura. “Mientras ellos callan, nosotros avanzamos”, señalaron desde ese espacio.

El acercamiento entre Cristina y Kicillof se da en un contexto de reconfiguración del escenario electoral bonaerense, marcado por la reciente alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, que ya confirmaron que competirán juntos en toda la provincia. Esta fusión opositora pone presión al peronismo, que sin una estrategia de unidad quedaría al borde de una derrota de gran magnitud.

En este escenario, Cristina apunta a nacionalizar la contienda con Javier Milei y cuestiona la decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales. En su entorno consideran que esa jugada debilitó al oficialismo bonaerense. El gobernador, en cambio, cree que este es el momento para comenzar a marcar diferencias con su jefa política con vistas a una posible candidatura presidencial en 2027.

También pesa su malestar con La Cámpora, a la que acusa de no respaldar la gestión provincial y de condicionar sus decisiones políticas. Por eso, busca reforzar su base con los intendentes del MDF, quienes lo acompañaron en la ruptura silenciosa con el kirchnerismo tradicional.

El próximo lunes, Kicillof convocará a esos intendentes para definir una postura común frente a la mesa política que acaba de abrir con Cristina. Aunque los plazos corren —el cierre de listas es el 19 de julio—, todavía hay margen para negociar. La gran incógnita es si la unidad que buscan será genuina o apenas una tregua táctica para evitar una catástrofe electoral.

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