Miércoles 30 de abril de 2025
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Cristina lanzó un dardo a los intendentes y dinamitó la la tregua con Kicillof

El proyecto cristinista para habilitar la reelección indefinida de legisladores, pero no de intendentes, sacudió el peronismo bonaerense. ¿Es el fin definitivo de la paz con Kicillof o una jugada para dominar el armado de listas en las próximas elecciones? Análisis de una interna que no da respiro.

La tregua no duró ni 48 horas. En un movimiento que reavivó las tensiones internas en el peronismo bonaerense, senadores alineados con Cristina Fernández de Kirchner presentaron el 14 de abril de 2025 un proyecto de ley que busca habilitar la reelección indefinida de legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares, excluyendo explícitamente a los intendentes.

Esta iniciativa, liderada por el senador Luis Vivona y respaldada por otros once legisladores de Unión por la Patria (UxP), ha sido interpretada como un mensaje político directo hacia el gobernador Axel Kicillof y sus aliados municipales, poniendo en duda la tregua que la expresidenta había sugerido al retirar su proyecto de elecciones concurrentes apenas días antes. ¿Qué implicaciones tiene esta jugada y qué revela sobre el estado del peronismo en la provincia más poblada de Argentina?

Una ley que sacude el tablero político

El proyecto propone modificar la Ley Orgánica de las Municipalidades y la Ley Electoral 5.109, eliminando las restricciones actuales que limitan a los legisladores bonaerenses a dos mandatos consecutivos. Según la norma vigente, sancionada en 2016 durante el gobierno de María Eugenia Vidal y ajustada en 2021, los legisladores electos en 2017 y reelectos en 2021 no pueden presentarse nuevamente en 2025. La iniciativa cristinista, que también habilita la reelección indefinida de concejales y consejeros escolares, mantiene intacto el límite de dos mandatos para los intendentes, una decisión que no pasó desapercibida en el entorno de Kicillof.

El timing del proyecto no es casual. Apenas 48 horas antes, Cristina había ordenado retirar un proyecto de elecciones concurrentes que enfrentaba al gobernador, quien defendía el desdoblamiento electoral para el 7 de septiembre de 2025. Este gesto fue leído como un intento de distender la relación con Kicillof, cuya gestión cuenta con el respaldo de más de 40 intendentes, muchos de ellos impedidos de buscar un nuevo mandato en 2027 si no se modifica la ley de reelecciones. Sin embargo, la presentación del proyecto de Vivona dinamitó esa aparente tregua, desatando especulaciones sobre las verdaderas intenciones del cristinismo.

Un dardo a los intendentes

La exclusión de los intendentes en el proyecto no es un detalle menor. En la Legislatura bonaerense, Cristina controla 15 bancas frente a las siete que responden a Kicillof, lo que le otorga una ventaja numérica para negociar y preservar su influencia en el armado de listas para las elecciones de 2025. Además, 24 legisladores de distintas fuerzas políticas, incluyendo figuras clave como Teresa García y el propio Vivona, están alcanzados por el límite de mandatos y se beneficiarían directamente de esta reforma. En contraste, los intendentes, muchos de ellos alineados con Kicillof, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), enfrentan un horizonte de incertidumbre si no logran derogar las restricciones que los afectan.

En el entorno del gobernador, la iniciativa fue interpretada como un “pase de factura” a los jefes comunales que apoyaron el desdoblamiento electoral, contrariando la postura de Cristina. “Es para castigar a los intendentes porque bancan a Axel”, afirmaron fuentes del gobierno bonaerense a Ámbito. Un operador legislativo peronista fue más allá: “Es un llamado de atención, un mensaje político a los intendentes que empujan la figura de Kicillof pero no terminan de cerrar el acuerdo con el cristinismo”. Esta lectura sugiere que el proyecto no solo busca garantizar la continuidad de los legisladores kirchneristas, sino también debilitar la base territorial de Kicillof, que depende en gran medida del apoyo de los municipios.

Por otro lado, desde el cristinismo niegan cualquier motivación confrontacional. “Para nada, en absoluto”, aseguró una fuente cercana a los senadores firmantes, argumentando que la iniciativa responde a la necesidad de alinear los criterios de reelección de los legisladores provinciales con los nacionales, que no enfrentan límites de mandatos. Sin embargo, esta justificación no convenció a los kicillofistas, quienes ven en la exclusión de los intendentes una maniobra para presionar a los jefes comunales y condicionar las negociaciones por el armado electoral.

¿Se rompió la tregua?

El gesto de Cristina de retirar el proyecto de elecciones concurrentes el 14 de abril había generado expectativas de una reconciliación, al menos táctica, con Kicillof. La expresidenta reconoció públicamente que los bonaerenses “estarán obligados a votar dos veces” debido al desdoblamiento, y pidió a sus legisladores acompañar la iniciativa del gobernador. Sin embargo, la presentación del proyecto de reelección indefinida apenas dos días después sugiere que la distensión fue efímera. Como señaló el medio Letra P, “la tregua entre CFK y Kicillof no duró ni 48 horas”.

Este nuevo capítulo de la interna peronista pone de manifiesto las profundas diferencias estratégicas entre ambos líderes. Mientras Kicillof apuesta por consolidar su liderazgo en la provincia a través de los intendentes y una agenda de gestión, Cristina busca preservar su influencia en la Legislatura y el armado nacional del PJ, donde mantiene un rol protagónico como presidenta del partido. La exclusión de los intendentes en el proyecto puede leerse como un intento de limitar el margen de maniobra de Kicillof, forzándolo a negociar en desventaja en un año electoral clave.

Reacciones y perspectivas

La iniciativa cristinista no solo generó tensiones internas, sino también críticas desde la oposición. Los senadores de La Libertad Avanza (LLA) repudiaron el proyecto, acusando al kirchnerismo de “querer perpetuarse en el poder” mientras la provincia enfrenta una “crisis social profunda”. En un comunicado, los libertarios calificaron la maniobra como “grosera e inmoral”, argumentando que busca “garantizarles el curro de por vida a los mismos que fundieron la provincia”. Esta postura refleja el creciente discurso anti-casta que domina el escenario político argentino, lo que podría complicar la aprobación del proyecto en un contexto de alta sensibilidad social.

En el oficialismo, las negociaciones en torno al proyecto prometen ser intensas. Aunque el cristinismo cuenta con una mayoría relativa en el Senado, necesitará construir consensos en la Cámara de Diputados, donde el Frente Renovador de Sergio Massa y sectores de la oposición, como el PRO, han expresado históricamente su rechazo a las reelecciones indefinidas. Además, la percepción pública de la reforma podría generar un costo político significativo, especialmente en un año electoral donde la ciudadanía demanda renovación y transparencia.

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