El uso de ahorros se duplicó en dos décadas y crece el endeudamiento con bancos y financieras. En la provincia de Buenos Aires, llenar el changuito cuesta más de $750.000 mensuales.
El deterioro del poder adquisitivo y el encarecimiento del consumo cotidiano obligan a cada vez más familias a recurrir a sus ahorros o vender pertenencias para afrontar los gastos del mes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), durante el primer semestre de 2025 el 40,8% de los hogares del país debió recurrir a alguna de estas estrategias para sostener su nivel de consumo.
El estudio, elaborado a partir de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), muestra un cambio profundo en las formas de administrar el presupuesto doméstico. En los últimos 20 años, el porcentaje de hogares que usan sus ahorros para cubrir consumos se duplicó, pasando del 19,9% en 2003 al 37,4% en la actualidad.
Ahorros, préstamos y desigualdad
El uso de ahorros o la venta de bienes para financiar gastos se extiende a todos los sectores sociales, aunque con mayor incidencia en los de menores ingresos. En el estrato bajo, el 42,8% de los hogares recurrió a estas medidas; en el medio, el 40,6%; y en el alto, el 37,1%.
El informe también señala un aumento sostenido del endeudamiento familiar. En los sectores de ingresos altos y medios predomina el crédito bancario o financiero, mientras que entre los hogares de menores recursos una de cada cuatro familias pidió dinero a familiares o amigos.
Las diferencias también se reflejan en el acceso a ayuda externa. En los sectores medios y altos, el intercambio de mercaderías entre hogares supera la asistencia estatal o de organizaciones sociales, mientras que en los sectores bajos ocurre lo contrario: la red de contención principal sigue siendo el Estado o las instituciones comunitarias.
Dos décadas de transformaciones
El análisis del INDEC, que compara los datos del segundo semestre de 2003 con el primer semestre de 2025, revela que la estructura de ingresos familiares cambió notablemente. Aumentó el peso del trabajo formal (del 78,3% al 82%), de las jubilaciones y pensiones (del 29,4% al 35,7%) y también de los planes sociales y subsidios (del 4,5% al 14,6%).
En paralelo, el acceso al crédito creció de forma sostenida: en 2003 solo el 3,4% de los hogares había solicitado préstamos a bancos o financieras, mientras que este año esa cifra asciende al 14,2%, reflejando una dependencia mayor del sistema financiero para sostener el consumo.
El costo de vivir en la provincia de Buenos Aires
La situación se siente con fuerza en los hogares bonaerenses. De acuerdo con un relevamiento de la consultora Analytica, llenar el changuito en el interior de la provincia cuesta $759.029, mientras que en los municipios del conurbano el gasto mensual promedio llega a $757.546 para una familia tipo de clase media.
Estos valores representan una suba del 2,6% en solo un mes, por encima de la inflación esperada por el INDEC. En agosto, el costo del changuito era de $725.692 y en septiembre había trepado a $739.682, lo que marca una aceleración en los precios de los alimentos y bebidas, los rubros que más impactan en el bolsillo.
Buenos Aires, entre las regiones “menos caras”
Pese a los aumentos, la provincia de Buenos Aires se ubica entre las zonas con precios más bajos del país. En el otro extremo, los changuitos más caros están en la Patagonia, encabezados por Santa Cruz ($834.177), seguida por Chubut ($829.597), Tierra del Fuego ($822.066) y Río Negro ($804.049).
La consultora explica que la dispersión de precios responde, en parte, a las diferencias salariales y al costo de vida regional. En el sur, los altos precios se compensan con sueldos más elevados vinculados a la actividad petrolera, minera y energética. En cambio, el NEA, con los precios más bajos (entre $748.000 y $755.000 mensuales), muestra el escenario más desfavorable, ya que allí el costo del changuito representa el 29,5% del ingreso de dos salarios promedio.
En la provincia de Buenos Aires, ese mismo gasto equivale al 15% de los ingresos familiares, aunque cada mes el margen se achica.
Análisis local
En La Plata y la región, donde el costo de vida se acerca al promedio provincial, la presión sobre los ingresos familiares se siente cada vez más. La combinación de aumentos en alimentos, alquileres y servicios públicos deja a muchas familias en la misma situación que refleja el INDEC: usando ahorros o vendiendo pertenencias para cubrir lo básico.


