Entre diciembre de 2022 y julio de 2025, los trabajadores estatales de la provincia de Buenos Aires sufrieron una pérdida del 51,4% en su poder adquisitivo. Aunque los salarios nominales crecieron un 279,84%, la inflación acumulada del 680,7% dejó un vacío difícil de llenar. Para recuperar el valor real de 2022, se necesitaría un aumento del 105,5%. El desafío interpela directamente a la gestión de Axel Kicillof.
La escalinata del hall de entrada de la Gobernación bonaerense se convirtió en escenario de una protesta que resume el malestar de miles de trabajadores estatales. Allí, empleados del Ministerio de Comunicación Pública, acompañados por ATE, exigieron respuestas urgentes ante lo que consideran una crisis salarial sin precedentes.
El reclamo no es aislado. Desde diciembre de 2022 hasta julio de 2025, los salarios nominales de los estatales bonaerenses aumentaron un 279,84%. Sin embargo, la inflación acumulada en ese mismo período trepó al 680,7%, según un informe técnico basado en datos del INDEC y acuerdos paritarios. El resultado: una pérdida del 51,4% en el poder adquisitivo, equivalente a más de cuatro sueldos enteros de 2022.
Oferta flaca
Para recomponer el valor real de los ingresos, sería necesario un aumento del 105,5% sobre los sueldos actuales. Pero en la última negociación paritaria, el gobierno provincial ofreció apenas un 3,2% en dos tramos, propuesta que fue rechazada por los gremios por considerarla “claramente insuficiente”.
La situación se agrava con trascendidos sobre el manejo desigual de horas extras y bonificaciones, que benefician desproporcionadamente a las líneas superiores. En paralelo, los gremios reclaman medidas como la recategorización automática, el pase a planta permanente y la inclusión de jubilados en los aumentos.
Preocupa que escale el conflicto
El deterioro salarial no solo afecta el bolsillo de los trabajadores, sino también la calidad de los servicios públicos. En un contexto de inflación persistente y negociaciones estancadas, el conflicto amenaza con escalar. La gestión de Axel Kicillof enfrenta un dilema complejo: recomponer salarios sin desestabilizar las cuentas provinciales.
La motosierra silenciosa, como la denomina Monitor Gremial, parece haber operado sin necesidad de recortes visibles. Pero sus efectos son palpables en cada recibo de sueldo y en cada protesta que se multiplica en los pasillos de la administración pública.
Fuente principal: MundoGremial.com