El CyberMonday 2025 dejó una radiografía precisa del presente económico argentino: más usuarios conectados, más operaciones registradas, pero un gasto promedio menor por compra y un uso creciente de cuotas como salvavidas financiero. La clase media —cada vez más ajustada— vuelve a confirmar que el consumo se sostiene más por necesidad que por poder adquisitivo.
Según los datos de Facturarte, entre el lunes y el miércoles más de 6,4 millones de usuarios ingresaron a la plataforma y se emitieron 78.218 comprobantes, un 12,6% más que en 2024. Sin embargo, el ticket promedio fue de $66.307, muy por debajo de los valores que reflejarían un consumo saludable. En paralelo, Tiendanube reportó 450.000 operaciones (+6%) y un ticket promedio de $99.295, con un incremento interanual del 16,5%, apenas por encima de la inflación mensual acumulada.
“Los consumidores están más planificados y selectivos. El e-commerce sigue fuerte, pero en un contexto de consumo retraído”, explicó Franco Radavero, gerente general de Tiendanube en Argentina.
Compras más racionales y cuotas como refugio
El arranque del evento mostró un entusiasmo inicial con productos de alto valor —como heladeras, celulares, notebooks y televisores—, pero rápidamente el foco se desplazó hacia artículos más accesibles: zapatillas, freidoras, bicicletas y pequeños electrodomésticos. El promedio de gasto bajó respecto a los $122 mil del primer día, y las operaciones se volvieron más racionales y orientadas a la conveniencia.
El 52% de las compras se realizó con tarjeta de crédito, mientras que las transferencias bancarias representaron el 26%, el débito el 11,5%, las billeteras virtuales el 8,5% y el efectivo apenas el 2%. La financiación también fue clave: el 60% de los usuarios optó por una sola cuota, un 23% por tres pagos, un 13% por seis y apenas un 4% se animó a nueve o más.
“Se observa un consumidor más reflexivo, que evita decisiones impulsivas. La indumentaria cayó, pero alimentos y bebidas crecieron respecto al CyberMonday del año pasado”, señaló Franco Terzakian, CEO de Shipnow.
La clase media en retroceso y el cambio del mapa del consumo
La retracción del gasto no es un dato aislado. Según el laboratorio Pensar Lab, de la Fundación Pensar, aunque 29 millones de argentinos se identifican como clase media, solo 20 millones cumplen con los ingresos reales necesarios para sostener ese nivel de vida. Para pertenecer a este segmento se requieren entre 2 y 5 canastas básicas totales, es decir, al menos $1.176.852 mensuales según los datos de septiembre del INDEC.
El informe detalla que 7 millones de hogares pertenecen hoy a la clase media, 8 millones a la clase baja y menos de 1 millón a la clase alta. La desigualdad crece y se traduce en un consumo más fragmentado: el interés por navegar las ofertas fue masivo —con un pico de 150 mil usuarios conectados simultáneamente según la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE)—, pero no se tradujo en un volumen de compras proporcional.
E-commerce: crecimiento digital en tiempos de crisis
Pese al contexto, el comercio electrónico se consolida como uno de los pocos sectores con expansión. Este año participaron más de 60.000 tiendas, con un crecimiento del 25% interanual en aquellas que venden con tecnología propia, alcanzando $44.434 millones en ventas.
Las categorías más buscadas fueron Electrónica, Hogar y Línea Blanca, seguidas por Moda, Belleza y Supermercado, con este último mostrando un desempeño notable frente a la caída general del consumo.
En términos geográficos, la provincia de Buenos Aires lideró el consumo digital con el 38,3%, seguida por CABA (16,4%), Córdoba (6,7%), Santa Fe (4,9%) y Mendoza (3,4%). En cuanto a la logística, el 83% de los envíos fueron a domicilio y el 17% a puntos de retiro, confirmando la preferencia por la comodidad y la entrega flexible.
Un termómetro económico
El CyberMonday 2025 dejó en claro que el comercio digital argentino sigue siendo un termómetro fiel del humor social: la clase media compra, pero mide cada peso; las cuotas vuelven a ser el refugio del consumo y el e-commerce se mantiene como la única vidriera donde el optimismo todavía logra asomarse, aunque sea en cuotas.


