El Ministerio de Salud confirmó la presencia en Argentina de la variante XFG del COVID-19, un sublinaje de Ómicron que combina características de otras mutaciones previas. Aunque su aparición encendió las alertas en países como Brasil y Estados Unidos, por ahora no se asocia a un aumento en la gravedad de los casos.
En el último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), se informó que el Laboratorio Nacional de Referencia de SARS-CoV-2 del ANLIS-Malbrán detectó tres casos positivos correspondientes a la variante XFG, apodada informalmente “Frankenstein” por su origen híbrido. Las muestras se tomaron durante las semanas epidemiológicas 26 y 27, en un contexto de baja circulación viral en el país.
¿Qué es la variante “Frankenstein”?
La XFG surgió como resultado de una recombinación genética entre las subvariantes LF.7 y LP.8.1.2, ambas del linaje Ómicron. Esta recombinación es un proceso habitual en la evolución de los virus y puede dar lugar a nuevas variantes con características particulares, aunque en este caso no se ha detectado una mayor transmisibilidad ni gravedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a XFG dentro de las “variantes bajo monitoreo”, ya que se han reportado brotes en distintas regiones de Asia, Europa y América Latina.
Cuáles son los síntomas más comunes
Los especialistas coinciden en que los síntomas que provoca XFG son similares a los de otras subvariantes recientes de Ómicron. Se destacan fiebre, dolor de garganta, tos seca, fatiga, malestar general, y en algunos casos, disfonía o ronquera.
“El cuadro clínico no parece más grave ni más contagioso que otras variantes recientes”, explicó la infectóloga Elena Obieta, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). En la misma línea, el infectólogo Ricardo Teijeiro señaló que puede haber una mayor inflamación de la laringe, aunque sin complicaciones severas.
Qué se sabe sobre la transmisibilidad y gravedad
Según el BEN, la aparición de XFG no provocó un incremento en hospitalizaciones ni casos graves fuera de los parámetros habituales. Los especialistas remarcan que el riesgo general es bajo, excepto en personas inmunocomprometidas o adultos mayores.
“Esta cepa ya está circulando en el país, como era previsible, porque los virus viajan con las personas”, señaló Obieta. En Estados Unidos, según los CDC, XFG ya ocupa el tercer lugar entre las variantes más comunes, aunque su impacto clínico se mantiene acotado.
¿Las vacunas protegen contra esta variante?
Tanto la OMS como los CDC coinciden en que las vacunas actuales siguen ofreciendo una protección sólida frente a XFG, especialmente para prevenir formas graves de la enfermedad. En Argentina, el esquema de vacunación sigue siendo gratuito y accesible en hospitales y centros de salud.
“El objetivo principal de las vacunas sigue siendo evitar que las personas lleguen a terapia intensiva o necesiten asistencia respiratoria”, apuntó Obieta. Hugo Pizzi, infectólogo y profesor de la Universidad Nacional de Córdoba, también remarcó que los vacunados pueden cursar cuadros leves, pero en general no desarrollan complicaciones.
Los expertos insisten en mantener los refuerzos al día para sostener una inmunidad efectiva.
Quiénes deben vacunarse y con qué frecuencia
El Ministerio de Salud recomienda que todas las personas desde los 6 meses de edad tengan al menos el esquema primario completo y un refuerzo en los últimos seis meses. La frecuencia varía según el nivel de riesgo:
- Riesgo alto (mayores de 50 años, embarazadas e inmunocomprometidos): refuerzo cada seis meses.
- Riesgo intermedio (menores de 50 años con enfermedades crónicas, personal de salud y estratégico): refuerzo a los seis meses y luego uno anual.
- Riesgo bajo (personas entre 6 meses y 49 años sin comorbilidades): refuerzo anual tras los 12 meses de la última dosis.
Las vacunas pueden aplicarse junto con otras del Calendario Nacional, y se encuentran disponibles en todo el país.