El jefe del bloque de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, sorprendió al justificar la decisión de no citar a Karina Milei en el marco de las denuncias por presuntas coimas en el armado de listas. Alegó que la secretaria general de la Presidencia tiene “dificultades para comunicarse” y que podría “autoincriminarse”. La frase generó desconcierto, sospechas y tensión interna en el bloque.
Hasta hace semanas, los diputados lilitos impulsaban con fuerza la investigación sobre el presunto pago de favores políticos en el armado de candidaturas libertarias. Karina Milei, apodada “El Jefe”, aparecía como figura clave en el entramado.
Pero ahora, López dio marcha atrás: “No queremos exponerla a una situación incómoda. Tiene dificultades para expresarse y podría autoincriminarse sin querer”, dijo en off ante periodistas acreditados en el Congreso.
La frase dejó perplejos a varios legisladores, que ven en el giro una señal de alineamiento con el oficialismo.
¿Problema de comunicación o blindaje judicial?
La explicación de López generó revuelo en redes y pasillos parlamentarios.
“¿Desde cuándo la dificultad para hablar es un argumento para no declarar?”, cuestionó una diputada del Frente de Izquierda.
En la Coalición Cívica, algunos dirigentes admiten que la presión del Ejecutivo y el temor a represalias podrían haber influido en la decisión.
Otros, en cambio, sostienen que se trata de una estrategia para evitar que Karina Milei quede expuesta en una causa que podría escalar judicialmente.
Las denuncias que siguen en pie
La causa por presuntas coimas en el armado de listas sigue abierta en la Justicia Electoral.
Se investiga si hubo pagos o favores para incluir candidatos en las nóminas libertarias, especialmente en distritos clave como Buenos Aires y Córdoba.
Aunque Karina Milei no está formalmente imputada, su rol como articuladora política la ubica en el centro de las sospechas.
Tensión interna y desgaste discursivo
El giro de los lilitos expone las tensiones internas en la oposición, donde algunos sectores buscan marcar distancia del oficialismo mientras otros optan por una convivencia estratégica.
La figura de Karina Milei, blindada por su hermano y por el círculo libertario, se vuelve cada vez más difícil de interpelar.
¿Dificultad para hablar o blindaje político? La pregunta queda abierta.
