La Cámara de Diputados no logró los dos tercios necesarios para rechazar el veto presidencial de Javier Milei al aumento jubilatorio, y de esa manera la decisión del Ejecutivo quedó firme. El oficialismo, junto a sectores aliados, consiguió blindar la estrategia del Gobierno y desactivar uno de los reclamos más sensibles: la mejora de los haberes de los jubilados.
La votación terminó con 160 votos a favor del oficialismo, 83 en contra y 6 abstenciones. Apenas dos votos separaron a la oposición de alcanzar la mayoría especial que establece la Constitución. Con este resultado, el Gobierno también se aseguró que el Senado quede sin margen de maniobra, clausurando cualquier intento de insistir con la ley.
Qué planteaba la ley vetada
El proyecto disponía un incremento del 7,2% en las jubilaciones y pensiones y una actualización del bono de la mínima hasta $110.000 mensuales. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el costo fiscal representaba 0,32% del PBI en lo que queda del año y 0,78% anualizado.
Además, incluía un esquema de anticipos mensuales para compensar a las provincias que aún mantienen sus propias cajas previsionales, con un gasto adicional de 0,17% del PBI entre agosto y diciembre de 2025.
Los cambios de votos que fortalecieron al Gobierno
La Casa Rosada trabajó intensamente en las últimas semanas para asegurar apoyos, y en la votación de este miércoles sumó 16 votos más que en junio, cuando el proyecto había obtenido media sanción. Parte de esa diferencia se explicó en la marcha atrás de varios diputados del PRO, que en la primera votación se habían abstenido o faltado, y esta vez se alinearon con el oficialismo.
Entre ellos figuran Martín Ardohain, Gabriela Besana, Germana Figueroa Casas, Luciano Laspina y María Sotolano. También José Núñez, que había estado ausente en la votación inicial. En cambio, un grupo reducido del PRO —Héctor Baldassi, Sofía Brambilla, Ana Clara Romero y Álvaro González— se mantuvo en su rechazo al veto.
El apoyo clave también llegó de diputados cercanos a gobernadores que pactaron con La Libertad Avanza. La entrerriana Marcela Ántola, ligada a Rogelio Frigerio, y los mendocinos Pamela Verasay y Lisandro Nieri, alineados con Alfredo Cornejo, respaldaron al Gobierno. A ellos se sumaron legisladores radicales de Córdoba, Entre Ríos, Santa Cruz y Chaco.
La disputa política en el recinto
La derrota opositora llegó horas después de que Diputados lograra ratificar, por amplia mayoría, la emergencia en discapacidad, lo que había encendido expectativas en la oposición de asestarle otro golpe al Gobierno. Sin embargo, la estrategia libertaria funcionó: el oficialismo logró que las abstenciones y ausencias bajaran el umbral necesario para los dos tercios.
Algunos diputados, como Ricardo López Murphy, adelantaron en el debate que si bien habilitaban la discusión, no acompañarían la ley por considerarla “mal diseñada”. Mientras tanto, circulaban versiones de contactos directos entre la Casa Rosada y varios gobernadores para garantizar el resultado.
Un triunfo político para Milei
Con este desenlace, Javier Milei consiguió un triunfo legislativo central en su estrategia de ajuste fiscal. El presidente blindó el veto y evitó que el aumento jubilatorio se transforme en una obligación para el Tesoro.
Para los opositores, la derrota muestra el peso creciente de los acuerdos entre el oficialismo y los gobernadores, y marca una advertencia sobre lo difícil que será sostener mayorías para frenar las iniciativas del Ejecutivo en el futuro cercano.