Este jueves, en medio de un contexto de creciente tensión con el Gobierno Nacional, la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional de La Plata (ADULP) retomó su plan de lucha con un paro de actividades y una movilización al Rectorado. La protesta se da pocos días después de que el gremio participara activamente en la marcha en Plaza de Mayo contra la condena a Cristina Fernández de Kirchner, una señal clara de articulación entre los reclamos gremiales y el malestar político con la gestión de Javier Milei.
La medida de fuerza, que se desarrolla durante esta jornada, incluye una concentración en Plaza Italia a partir de las 17 horas y una posterior marcha hacia el edificio del Rectorado, en el centro platense. El sindicato reclama la reapertura de paritarias, recomposición salarial y mayor presupuesto para las áreas de Universidad, Ciencia y Tecnología.
Desde ADULP señalaron que el paro anterior —realizado la semana pasada y que tuvo una duración de 48 horas— tuvo una fuerte adhesión en las distintas dependencias de la UNLP. “El alto acatamiento reflejó una vez más la voluntad de lucha del sector docente frente a la inacción del Gobierno Nacional”, expresaron.
El nuevo paro se inscribe en una escalada del conflicto entre el sector universitario y la administración nacional. Lejos de buscar una tregua, desde el gremio anticiparon que la próxima semana realizarán otro paro de 48 horas que incluirá una movilización en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Además, en los primeros días de julio se convocará una nueva asamblea general para definir las próximas acciones gremiales.
“El gobierno de Milei no ofrece respuestas concretas, y frente a esa realidad profundizamos nuestro plan de lucha”, remarcaron desde el sindicato docente. En ese marco, ADULP ya anticipa una nueva etapa de movilización con la posibilidad de sostener y extender las medidas de fuerza si no hay avances en la negociación salarial ni señales claras desde el Ministerio de Capital Humano.
La situación preocupa especialmente en La Plata, ciudad universitaria por excelencia, donde el impacto de los paros se siente no solo en las aulas sino también en la vida cotidiana de miles de estudiantes y trabajadores de la comunidad educativa. Mientras tanto, el conflicto suma capítulos en un contexto político y económico cada vez más inestable.
