Las aulas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) volvieron a quedar vacías este jueves. Los docentes, nucleados en ADULP, iniciaron un nuevo paro de 48 horas en reclamo por la crítica situación presupuestaria que atraviesa el sistema universitario y la falta de respuestas salariales del Gobierno nacional. La protesta se complementa con la Marcha Nacional de Antorchas, una movilización que se replicará en distintos puntos del país, con epicentro también en la capital bonaerense.
La medida fue impulsada por la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU), a la que adhirió la Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata (ADULP), como parte de un plan de lucha que se viene profundizando desde comienzos de año. El reclamo central apunta al deterioro del salario, la ausencia de paritarias y el creciente desfinanciamiento de la universidad pública.
En ese marco, este jueves y viernes no hay clases en ninguna de las facultades de la UNLP, situación que afecta directamente a miles de estudiantes de la región. Desde ADULP remarcaron que la decisión se tomó “ante la falta de respuestas concretas del Gobierno”, lo que lleva a profundizar las acciones gremiales.
Un reclamo que atraviesa a toda la comunidad universitaria
“La medida de fuerza estará también acompañada por una Marcha Nacional de Antorchas. Frente al silencio oficial, seguimos exigiendo paritarias libres, la recuperación de nuestros salarios, actualización de becas y un aumento urgente del presupuesto destinado a la Universidad, la Ciencia y la Tecnología”, señalaron desde el gremio docente.
La movilización contará con el apoyo de estudiantes, trabajadores nodocentes y distintas organizaciones gremiales, en una expresión colectiva que busca visibilizar el estado de emergencia del sistema universitario público. En La Plata, se espera una masiva participación en las calles, en línea con las manifestaciones que se realizarán en otras ciudades del país.
En paralelo, ADULP convocó a una nueva asamblea abierta para los primeros días de julio, con el objetivo de evaluar el estado del conflicto y definir nuevas medidas. Mientras tanto, el escenario en las casas de estudio continúa marcado por la incertidumbre y la tensión.
La protesta se inscribe en un contexto nacional donde distintas universidades alertan por el impacto del ajuste presupuestario. En el caso de la UNLP, que cuenta con más de 100 mil estudiantes y es una de las casas de estudios más importantes del país, la falta de recursos no solo compromete el funcionamiento académico, sino también programas de investigación, becas y asistencia estudiantil, fundamentales para sostener la inclusión educativa.
