Jueves 3 de julio de 2025
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El dólar oficial alcanza récord histórico y el Gobierno imagina un cierre de año con inflación del 22,7%

La tensión en el mercado cambiario volvió a encender las alarmas tras el informe de JP Morgan que recomendó a sus clientes salir de activos argentinos, acelerando la suba de todas las cotizaciones del dólar y generando expectativas de una posible corrida. Este miércoles, el dólar oficial cerró en $1.245, un máximo nominal histórico, tras haber tocado los $1.255 en la apertura. En tanto, el contado con liquidación (CCL) y el dólar MEP se mantuvieron en torno a los $1.237, apenas por debajo del dólar blue, que finalizó la jornada en $1.240.

Los analistas atribuyen la presión cambiaria a la combinación de la demanda de dólares previo a las vacaciones de invierno, el cobro de aguinaldos y el desarme de posiciones especulativas. Pero también apuntan a un contexto de creciente desconfianza, alimentada por advertencias como la del exministro Domingo Cavallo, quien señaló que el peso argentino sigue sobrevaluado, lo que representa un riesgo cuando la apertura económica aumenta la competencia externa. En la misma línea, Barclays publicó un informe en el que alertó sobre posibles tensiones antes de las elecciones de octubre y reclamó que el Banco Central fortalezca sus reservas para evitar un escenario de corrección abrupta, como ocurrió durante la gestión de Mauricio Macri.

Mientras tanto, el Ministerio de Economía presentó el adelanto del Presupuesto 2026 al Congreso, donde proyecta cerrar el año con un dólar oficial en torno a los $1.229 —un valor cercano al actual— y una inflación del 22,7% interanual. En sus cálculos, el equipo económico espera que el tipo de cambio nominal aumente 20,4% en 2025 y que el tipo de cambio real bilateral con el dólar muestre una caída promedio de 8,6%, lo que implica una mayor apreciación cambiaria en términos reales.

Las estimaciones oficiales plantean un crecimiento del PBI del 5,5% para este año, impulsado principalmente por el sector agropecuario, que se expandiría un 2,1% gracias a una cosecha de soja proyectada en 49 millones de toneladas. También prevén subas del 5,3% en la industria y 7,6% en el comercio. Del lado de la demanda, el consumo privado crecería 7,2% y la inversión alcanzaría un fuerte repunte de 22,7%.

Sin embargo, el superávit comercial mostraría un deterioro significativo: el Gobierno calcula un saldo positivo de solo USD 4.913 millones, frente a los USD 16.900 millones de 2024, debido a que las importaciones crecerían 25,2%, muy por encima del aumento del 3,7% esperado para las exportaciones.

Para 2026, el Gobierno afirma que profundizará el ajuste fiscal y la desregulación del Estado, como parte de su estrategia para consolidar la estabilidad macroeconómica. Aunque no anticipó cambios en la política impositiva, el adelanto presupuestario señala que se mantendrían las retenciones al agro y se proyecta una suba de la recaudación tributaria de 22,3% respecto de 2025, llevando la presión fiscal del 22,23% al 22,74% del PBI.

Entre las proyecciones destacadas para el próximo año, Economía calcula que el IVA crecerá 18,7% y Ganancias subirá 23,2%, mientras que Bienes Personales caería 13% por la reducción de la alícuota más alta. Los ingresos por Impuestos a los Combustibles se dispararían 61,2%, anticipando fuertes actualizaciones por encima de la inflación. Además, los Derechos de Exportación crecerían 66,7% y su participación en el PBI pasaría de 1,07% a 1,50%, considerando que no se prorrogará la rebaja de alícuotas aplicada a comienzos de año.

Estas previsiones plantean un escenario de marcada apreciación del peso, un ajuste fiscal sostenido y mayores ingresos por retenciones, pero también un riesgo latente de inestabilidad cambiaria que podría impactar en la economía real y en el poder adquisitivo de los hogares platenses, especialmente ante un contexto político incierto de cara a las elecciones presidenciales de octubre.

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