Lunes 20 de octubre de 2025
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El endeudamiento familiar rompe récords y deja a miles de hogares al borde del colapso financiero

Las familias argentinas atraviesan uno de los momentos económicos más críticos de los últimos años. Según el Banco Central, la morosidad en los créditos bancarios alcanzó niveles históricos, mientras nuevos estudios revelan que casi nueve de cada diez hogares no logran cumplir con sus compromisos financieros. El crédito, antes motor del consumo, se transformó en una trampa de la que cada vez cuesta más salir.

Récord histórico de morosidad en los créditos familiares

De acuerdo con el último Informe sobre Bancos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), la tasa de morosidad en los préstamos a familias llegó al 6,6%, el valor más alto desde que se mide este índice (2008). El dato corresponde al mes de agosto y refleja el creciente deterioro de la capacidad de pago de los hogares.

En contraste, la irregularidad en los créditos al sector privado en general alcanzó el 3,7%, con un aumento de medio punto porcentual respecto del mes anterior. Entre las empresas, la mora se mantiene más baja —1,4%—, aunque también muestra señales de tensión.

El tributarista Sebastián Domínguez advirtió meses atrás que la morosidad en el uso de tarjetas de crédito creció de manera alarmante. “Lo peor que puede hacer una persona es pagar el mínimo: entra en un financiamiento a tasas altísimas que se vuelve impagable”, explicó. Ese mecanismo, cada vez más frecuente, genera una espiral de intereses que termina asfixiando a los consumidores.

Un tercio de la población ya debe más de lo que gana en tres meses

Un estudio del Instituto Argentina Grande (IAG) reveló que el 32% de los argentinos está endeudado con bancos o entidades financieras, lo que equivale a unos 15 millones de personas. La deuda promedio asciende a $3,7 millones, aunque la mitad de los deudores debe entre $750.000 y $1.000.000.

Según los cálculos del IAG, cada persona necesitaría alrededor de tres salarios completos del sector privado registrado para cancelar sus compromisos. Sin embargo, el ingreso promedio per cápita —según el INDEC— es de $537.024, y la mediana apenas llega a $392.000, lo que evidencia que buena parte de la población no cuenta con margen para afrontar sus deudas.

El informe subraya que uno de cada cuatro argentinos necesita endeudarse cada mes para llegar a fin de mes, ya sea con entidades financieras o recurriendo a familiares y amigos. Este escenario genera un círculo vicioso: se toman nuevos préstamos para pagar deudas viejas, principalmente de tarjetas de crédito, y la bola de nieve crece sin pausa.

El 90% de los argentinos, con algún tipo de deuda

Otro relevamiento, del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), señaló que el 90% de la población mantiene algún tipo de deuda, y la mayoría tiene varios compromisos activos. Casi tres de cada cuatro de esas deudas se originaron en 2024, y su renovación durante 2025 refleja la imposibilidad de los hogares de saldar sus pasivos.

“La inflación y la pérdida del poder adquisitivo han provocado una crisis de ingresos que obliga a las familias a vivir en un estado de emergencia financiera permanente”, alertaron desde el IETSE.

Tarjetas de crédito y préstamos para sobrevivir

Un estudio conjunto de las consultoras La Sastrería y Tres Punto Zero, dirigidas por Raúl Timerman y Shila Vilker, expuso la magnitud del problema: el 87% de los consumidores endeudados tiene dificultades para pagar sus préstamos.

El relevamiento muestra que el 54% de los argentinos usó crédito o tarjeta para comprar alimentos en el último mes. Además, el 58% no sabe si podrá saldar sus deudas, lo que refleja un deterioro estructural del poder de compra.

“La tarjeta de crédito se impone como medio de pago para la subsistencia cotidiana”, advierte el informe. Hoy, los hogares ya no destinan el crédito a electrodomésticos o viajes, sino a cubrir gastos básicos como alimentos y servicios.

El 33% de los encuestados reconoció haber recurrido a préstamos para cubrir los gastos mensuales, un 13% usó sus ahorros y un 40% pidió dinero a familiares o amistades. Apenas el 11% confía en poder cumplir con sus compromisos financieros.

De motor económico a carga estructural

Los especialistas coinciden: el consumo dejó de ser el motor que impulsaba la economía argentina. Hoy, se sostiene artificialmente con deuda. Entre ahorros agotados, préstamos informales y tarjetas al límite, los hogares viven “a crédito” mientras la economía real se enfría.

En ciudades como La Plata, donde el costo de vida y los servicios básicos aumentaron muy por encima de los salarios, el endeudamiento se volvió una herramienta cotidiana para subsistir. Sin señales claras de recuperación, el escenario de los próximos meses anticipa más tensión financiera y menor consumo interno.

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