Tras la liberación parcial del cepo cambiario, el Gobierno endurece su postura ante los aumentos de precios, mientras celebra una mejora en las reservas del Banco Central y una baja en la cotización del dólar. Supermercados y proveedores navegan un escenario marcado por la tensión y la incertidumbre.
El nuevo esquema cambiario implementado por el Gobierno nacional abrió una etapa de alta sensibilidad para los precios de consumo masivo. En este contexto, el Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo decidió intervenir de manera directa para evitar que las remarcaciones lleguen a las góndolas, particularmente en productos de la canasta básica.
Caputo utilizó su cuenta en la red social X para destacar la decisión de los principales supermercados de rechazar nuevas listas de precios con subas de entre 9% y 12%, enviadas por empresas como Unilever y Molinos. “Hoy los supermercados grandes rechazaron la mercadería con lista de precios nueva”, escribió, acompañando su mensaje con un emoji de aplausos. Pero detrás del gesto público hay una estrategia de presión más amplia y silenciosa.
Desde la Secretaría de Comercio también se enviaron mensajes directos a las cadenas para que no convaliden listas con incrementos. “No acepten las nuevas listas. Nosotros nos encargamos de hablar con los proveedores”, fue la instrucción trasladada a varias firmas del sector.
En las grandes superficies explican que el rechazo no obedece a una postura ideológica, sino a una lógica de supervivencia comercial: trasladar aumentos en este momento implica, directamente, dejar de vender. A esto se suma un comportamiento del consumidor que, tras varios meses de relativa estabilidad, reacciona con rapidez ante cualquier suba brusca en productos esenciales.
Desde una cadena líder señalaron que solo aceptan actualizaciones previamente pautadas y de empresas que vienen sosteniendo precios sin variaciones en los últimos meses. “Cualquier aumento sin acuerdo previo queda en pausa”, indicaron.
Mientras tanto, entre los proveedores reina la incertidumbre. Algunas compañías tomaron la delantera en las remarcaciones tras la salida del cepo, pero muchas otras optaron por mantener cautela frente a un escenario que no ofrece garantías de estabilidad.
El dato que refuerza esta prudencia lo aporta la consultora privada Scentia, que registró en marzo una caída interanual del 5,4% en las ventas de productos de la canasta básica, acumulando así 16 meses consecutivos en rojo. Es un dato que no pasa inadvertido para supermercados, mayoristas y distribuidores, que ven cómo se enfría el consumo.
Dólar a la baja y reservas en alza
Mientras tanto, el dólar mostró una baja pronunciada en todas sus variantes. El oficial mayorista cerró en $1.135, retrocediendo un 5,4% en una jornada marcada por una importante liquidación de exportadores, que ingresaron más de USD 575 millones. En bancos, el promedio fue de $1.179, con una caída de $54 en un solo día.
También bajaron los tipos de cambio financieros: el MEP quedó en $1.197 y el Contado con Liquidación en $1.203. Incluso el dólar blue, que marca el pulso del mercado informal, retrocedió a $1.250, el nivel más bajo desde mediados de marzo.
Este escenario coincidió con un aumento de USD 1.800 millones en las reservas internacionales del Banco Central, que superaron los USD 38.000 millones. La suba responde al desembolso de un crédito del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y a la revalorización de activos como el yuan y el oro.
El presidente Javier Milei, en línea con su política de no intervención, ratificó que no se utilizarán reservas para frenar la baja del dólar. “No se va a intervenir hasta que toque el piso de la banda, esto es hasta $1.000 no se compra”, escribió en X.
Bonos, riesgo y especulación
Desde el mundo financiero, las señales son mixtas. JP Morgan difundió un informe en el que recomienda a sus clientes apostar por el “carry trade”, es decir, vender dólares para invertir en instrumentos en pesos que ofrecen altos rendimientos, al menos hasta las elecciones de octubre. El banco de inversión considera que, aunque persisten los riesgos macroeconómicos, el contexto actual puede resultar favorable para quienes acepten un riesgo moderado en busca de ganancias rápidas.
Para los sectores productivos y los consumidores de La Plata y la región, este combo de dólar a la baja, reservas en alza y control de precios no garantiza alivio. Mientras el gobierno apuesta a contener expectativas y evitar una espiral inflacionaria tras la salida del cepo, la economía real sigue sintiendo el freno del consumo y la tensión entre producción, distribución y demanda.