Miércoles 25 de junio de 2025
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El Gobierno evalúa adelantar las elecciones para cumplir con el FMI y aguantar la devaluación

La presión del Fondo Monetario Internacional y el deterioro de las reservas ponen al gobierno de Javier Milei ante una encrucijada: avanzar con la devaluación o enfrentar un posible colapso financiero antes de octubre. En ese contexto, en Casa Rosada analizan adelantar las elecciones legislativas para julio, en un intento por ganar margen de maniobra y cumplir con las exigencias del organismo multilateral.

La principal traba en la negociación con el Fondo sigue siendo el esquema cambiario. La demanda del FMI es clara: unificación del tipo de cambio y avance hacia una flotación administrada dentro de bandas, lo que en la práctica implicará una devaluación. Aunque el ministro Luis Caputo intente negar esa posibilidad, el mercado ya la descuenta y en las últimas semanas se desarmaron posiciones en pesos, anticipando el ajuste.

La preocupación central del oficialismo es que una devaluación antes de las elecciones dispare la inflación y complique las chances políticas del espacio libertario en las urnas. Por eso, Milei y su equipo económico juegan al límite con el calendario electoral, mientras las reservas siguen en caída libre y el Fondo advierte que no liberará dólares hasta que el nuevo esquema esté definido.

En medio de ese escenario, la alternativa de adelantar los comicios cobra fuerza. La estrategia buscaría evitar una reedición del “plan aguantar” que aplicó Sergio Massa en 2023 y que terminó en una devaluación al día siguiente de las PASO. La idea es anticipar las elecciones a julio para poder implementar la devaluación con los votos ya contados, minimizando el costo político del ajuste.

Sin embargo, adelantar las legislativas no es una tarea sencilla. Requiere una ley del Congreso que modifique el Código Electoral y necesita mayorías especiales: 129 votos en Diputados y 37 en el Senado. Incluso sumando a sus aliados, el oficialismo está lejos de esos números y debería embarcarse en una negociación política de alto voltaje, sobre todo en la Cámara Alta. Cabe recordar que la Rosada ya logró suspender las PASO, lo que marca un antecedente en su intento por reconfigurar el calendario electoral.

Mientras tanto, los analistas internacionales también marcan la fragilidad del escenario. Un reciente informe de JP Morgan expone la contradicción central del plan oficial: sin un cambio de fondo en la política cambiaria, la llegada de fondos frescos del FMI será apenas un alivio transitorio. “La consistencia del arreglo cambiario es tan relevante como la cantidad de recursos dirigidos a capitalizar el Banco Central”, advierte el informe, que además reclama el levantamiento del cepo para garantizar una recuperación sostenible.

La pregunta que queda en el aire es si el gobierno podrá sostener esta estrategia hasta julio sin que la crisis de reservas o la presión inflacionaria terminen por adelantar los tiempos. (Fuente LPO)

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