Jueves 19 de junio de 2025
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“El modelo de Milei se cae”: el mensaje de resistencia de Cristina en Plaza de Mayo

Desde su departamento en el barrio porteño de Constitución, Cristina Fernández de Kirchner se dirigió al millón de personas en la Plaza de Mayo con un mensaje grabado de ocho minutos y, posteriormente, a través de una llamada telefónica en vivo. Sin poder salir al balcón por restricciones judiciales, su voz resonó con fuerza: “El modelo de Milei se cae, no solo porque es injusto, sino porque es insostenible en términos económicos”.

En un día cargado de simbolismo político, miles de militantes peronistas colmaron la Plaza de Mayo en una movilización convocada por el Partido Justicialista (PJ) bajo la consigna “Argentina con Cristina”. Desde su departamento en el barrio porteño de Constitución, donde cumple prisión domiciliaria tras la confirmación de su condena en la causa Vialidad, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se dirigió a la multitud con un mensaje grabado de ocho minutos y, posteriormente, a través de una llamada telefónica en vivo. Sin poder salir al balcón por restricciones judiciales, su voz resonó con fuerza: “El modelo de Milei se cae, no solo porque es injusto, sino porque es insostenible en términos económicos”.

Un mensaje de resistencia desde San José 1111

Recluida en su domicilio de la calle San José 1111, Cristina Kirchner abrió su discurso con un tono desafiante y optimista: “Estoy firme y tranquila, con la prohibición de salir al balcón. Un cachivache todo. Lo que más me gustó es escucharlos cantar ‘vamos a volver’”. En su alocución, cuestionó duramente la condena que la inhabilita para ocupar cargos públicos, calificándola como una maniobra política para proscribirla electoralmente. “No me dejan competir porque saben que pierden. Pueden encerrarme, pero no van a poder encerrar a todo el pueblo argentino”, afirmó, desatando una ovación entre los presentes.

La expresidenta apuntó contra el modelo económico del gobierno de Javier Milei, al que comparó con políticas neoliberales del pasado: “Este modelo que ahora encarna Milei tiene vencimiento como el yogur. Ya lo vimos con Martínez de Hoz y Cavallo en los 90. ¿Cómo se sostiene un modelo donde la gente tiene que tarjetear la comida y no puede pagar la tarjeta?”. También acusó al poder económico de ser consciente de la fragilidad de este modelo, sugiriendo que su prisión responde a una estrategia para neutralizar al peronismo. “El verdadero poder económico sabe que este modelo se cae, y por eso estoy presa”, sentenció.

La Plaza de Mayo, epicentro de la unidad peronista

La movilización marcó el primer gran acto del peronismo unificado desde el inicio del gobierno de Milei, a un año y medio de su asunción. Gobernadores como Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Sergio Ziliotto (La Pampa), junto a referentes como Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois, se hicieron presentes en la Plaza, demostrando una cohesión poco vista en los últimos años. Kicillof, una de las figuras más destacadas, apuntó contra el gobierno: “Esto pasa en la Argentina de Milei. Es un golpe de autoritarismo, una condena injusta y un procedimiento judicial trucho”.

La marcha, que comenzó con concentraciones en puntos clave como la avenida 9 de Julio y el domicilio de Cristina, reunió a agrupaciones como La Cámpora, el Frente Renovador, Patria Grande y sindicatos como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que decretó un paro general. A pesar de las tensiones, con un fuerte operativo de seguridad liderado por la Policía de la Ciudad y la aplicación del protocolo antipiquetes, la jornada transcurrió sin incidentes mayores, aunque se reportaron controles estrictos a micros provenientes de provincias.

Críticas al Poder Judicial y un llamado a la organización

Cristina Kirchner no solo arremetió contra el gobierno de Milei, sino también contra el Poder Judicial, al que acusó de ser “un sector de poder mafioso” que persigue a opositores y protege intereses económicos. “Macri copó el Poder Judicial para mantener la impunidad de sus negociados, y Milei vino a profundizar el saqueo”, afirmó, en línea con su narrativa de persecución política.

En un mensaje cargado de contenido electoral, la expresidenta llamó al peronismo a reorganizarse con “coraje y sin violencia” para recuperar el poder. “Vamos a volver, pero con más sabiduría, más unidad y más fuerza”, aseguró, proyectando un regreso del PJ al gobierno. Este mensaje resonó especialmente entre la militancia, que, según estimaciones de La Cámpora, alcanzó el millón de personas.

Una Argentina polarizada

La movilización se dio en un contexto de alta polarización política. Mientras la Plaza de Mayo se llenaba de cánticos peronistas, el gobierno de Milei, desde la Quinta de Olivos, monitoreaba el acto con cautela. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, calificó la marcha como un intento de “desestabilizar el orden público”, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, advirtió que se aplicaría el protocolo antipiquetes ante cualquier incidente. Un militante fue detenido por presuntas amenazas al presidente, lo que avivó las acusaciones de intimidación por parte del kirchnerismo.

Por su parte, Cristina Kirchner aprovechó para reforzar su crítica al modelo económico libertario, señalando la falta de reservas, el endeudamiento con el FMI y la crisis del consumo. “Mientras el ministro de Economía alquila dólares para simular reservas, la gente no puede llegar a fin de mes”, afirmó, conectando su discurso con las dificultades cotidianas de los argentinos.

Un mensaje que trasciende la Plaza

El acto en Plaza de Mayo no solo fue una muestra de apoyo a Cristina Kirchner, sino también un termómetro de la capacidad de movilización del peronismo en un momento crítico. La expresidenta, aún bajo prisión domiciliaria, logró mantener su centralidad política, utilizando su mensaje para galvanizar a la militancia y proyectar una oposición unificada de cara a las elecciones de 2027.

“Los pueblos siempre vuelven”, cerró, dejando una promesa de resistencia y un desafío al oficialismo. Mientras las columnas de manifestantes se retiraban, la pared del edificio de Cristina se convirtió en un mural improvisado, donde los militantes dejaron mensajes de apoyo y agradecimiento por políticas como el matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y Conectar Igualdad. En un país dividido, la voz de Cristina Kirchner sigue siendo un faro para unos y un símbolo de confrontación para otros.

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