Domingo 25 de mayo de 2025
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El modelo Tauber en la UNLP: poder continuo sin reelección y con respaldo total

Fernando Tauber será nuevamente presidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Con el respaldo unánime de los claustros, encabezará su tercer mandato formal al frente de la casa de estudios, en un recorrido que expone un esquema de conducción que, pese a la prohibición de reelecciones desde 2008, le permitió conservar el control institucional por más de dos décadas.

Desde que en 1996 asumió como Director de Asuntos Municipales, Tauber fue consolidando un camino que lo llevó a ocupar de manera casi ininterrumpida cargos clave en la estructura universitaria. Fue secretario de Extensión (1998-2004), secretario General (2004-2010) y luego presidente entre 2010 y 2014, el primero elegido bajo el nuevo estatuto que justamente eliminó las reelecciones consecutivas. Paradójicamente, él mismo inauguró ese límite legal que desde entonces eludió sin contradecirlo formalmente.

El esquema de alternancia que garantiza continuidad

La estrategia ha sido constante: designar sucesores que no disputen su liderazgo interno y mantenerse siempre en un puesto estratégico. Así fue como, tras dejar la Presidencia en 2014, asumió la vicepresidencia institucional bajo la gestión de Raúl Perdomo. En 2018 volvió al cargo máximo, para luego dar paso en 2022 a Martín López Armengol, expresidente de la Facultad de Ciencias Económicas, mientras él pasaba a ocupar una vicepresidencia académica de fuerte exposición pública. Durante ese período, su presencia en actos, conferencias y decisiones de gestión no pasó inadvertida: para muchos, Tauber nunca dejó de estar al mando.

Este mecanismo, que bordea las restricciones estatutarias sin romperlas, consolidó una lógica de poder donde la figura presidencial formal es rotativa, pero el liderazgo real permanece. El resultado es un esquema institucional aceitado que ha generado adhesión, pero también críticas internas por su falta de renovación y centralización de decisiones.

Un dirigente con historia en la política local y universitaria

De origen radical, Tauber fue un hombre clave en el área de planeamiento urbano en las gestiones municipales post dictadura en La Plata. Ese recorrido político le otorgó habilidades de negociación que supo trasladar a la vida universitaria. En el rectorado de la UNLP tejió alianzas con distintos sectores académicos y políticos, lo que le permitió construir una base de sustentación transversal y duradera. Su nombre ha estado en todas las decisiones de peso en la UNLP durante los últimos 25 años.

La nueva candidatura, que se oficializó esta semana en el Rectorado con una masiva asistencia de representantes de todos los claustros, no sorprendió a nadie. En los pasillos universitarios ya se hablaba desde hace dos años de su regreso, que se concretará a partir de 2026, completando así tres presidencias en un período de 20 años.

Un modelo de conducción que interpela

El caso de Tauber expone un modelo de liderazgo que combina institucionalidad y pragmatismo, continuidad política y diseño estratégico. Lejos de generar rupturas, su figura supo adaptarse a los límites normativos sin perder poder real. Aunque desde lo formal no hubo reelecciones consecutivas, la conducción de la UNLP tuvo, en los hechos, una continuidad sin interrupciones bajo su órbita.

Para la comunidad platense, especialmente para estudiantes, docentes y no docentes, esta realidad plantea interrogantes sobre la participación y la democratización interna en una de las instituciones más influyentes de la región. Con un presupuesto millonario, impacto territorial directo y una estructura que influye en la vida económica, social y cultural de La Plata, la UNLP es un actor central cuyo liderazgo trasciende las fronteras del ámbito académico.

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