La Legislatura bonaerense sesionará para aprobar los plazos electorales impulsados por Axel Kicillof, en medio de una interna que amenaza la unidad del peronismo. Otros temas polémicos podrían irrumpir en la agenda, sumando tensión a una carrera contrarreloj.
Este lunes 12 de mayo, la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires será el epicentro de una jornada decisiva para el peronismo, que busca definir su estrategia de cara a las elecciones legislativas del 7 de septiembre. Ambas cámaras sesionarán en espejo para votar la modificación de los plazos electorales propuestos por el gobernador Axel Kicillof, un movimiento que intenta ordenar el proceso electoral tras la suspensión de las PASO, pero que también expone las fracturas internas del movimiento. En un contexto de tensiones con La Cámpora y el massismo, la unidad pende de un hilo, mientras otros temas polémicos amenazan con colarse en la sesión, avivando el debate político.
Una carrera contra el tiempo para ordenar los comicios
La iniciativa, respaldada por casi todos los bloques legislativos, busca ajustar los plazos electorales establecidos en la Ley Electoral N° 5.109. Según el proyecto, el cierre de alianzas se fijará 60 días antes de la elección, el de listas 50 días antes, y la oficialización de boletas 30 días previos al comicio. Esta reconfiguración, solicitada por la Junta Electoral bonaerense, responde a la necesidad de garantizar una organización eficiente en un distrito con más de 13 millones de electores y 40 mil mesas de votación. La suspensión de las PASO, aprobada el 28 de abril, ya redujo a dos las jornadas electorales (7 de septiembre para cargos provinciales y 26 de octubre para nacionales), pero la logística sigue siendo un desafío monumental.
Kicillof, fortalecido por el apoyo de intendentes y su Movimiento Derecho al Futuro (MDF), ve en esta reforma una victoria política. La extensión de plazos le permite al kicillofismo negociar con mayor margen el armado de listas, evitando que los acuerdos nacionales eclipsen las prioridades locales. Sin embargo, la decisión no es unánime dentro del peronismo. La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, y sectores del Frente Renovador, encabezado por Sergio Massa, han mostrado resistencia, temiendo que el desdoblamiento y la falta de primarias debiliten su representación en la Legislatura.
La interna peronista: unidad o ruptura
La sesión del lunes no solo definirá plazos, sino que pondrá a prueba la capacidad del peronismo para cerrar filas. El kicillofismo apuesta por listas propias que refuercen la conducción del gobernador, un objetivo que choca con los intereses de La Cámpora, que busca renovar sus bancas en ambas cámaras. “La Cámpora tiene un interés lógico porque tiene muchas bancas y quieren renovar”, admitió un jefe comunal alineado con Kicillof, mientras que los intendentes del MDF exigen mayor protagonismo en los armados regionales.
Cristina Kirchner, aunque crítica del desdoblamiento, pidió a sus legisladores retirar un proyecto que buscaba unificar las elecciones con las nacionales, en un gesto que busca evitar una fractura mayor. Sin embargo, la expresidenta advirtió sobre el riesgo electoral de un peronismo dividido, especialmente frente a una posible alianza entre La Libertad Avanza y el PRO, que podría capitalizar la dispersión de votos. Encuestas recientes, como la de Sentimientos Públicos, muestran a LLA liderando con un 31%, seguida por el peronismo kicillofista (21%) y el kirchnerista (17%), con un 17% de indecisos que podrían inclinar la balanza.
La falta de unidad ya tuvo consecuencias visibles. En marzo, una sesión fallida para suspender las PASO expuso las divisiones cuando La Cámpora y el massismo no dieron quórum, dejando a Kicillof en una posición incómoda. Ahora, con el MDF ganando terreno en las secciones electorales, la posibilidad de dos listas peronistas –una kicillofista y otra kirchnerista– gana fuerza, un escenario que podría costarle al peronismo concejos deliberantes y escaños legislativos.
Temas polémicos que podrían irrumpir
Más allá de los plazos electorales, la sesión del lunes podría ser escenario de otros debates que sumen controversia. Uno de los temas en el radar es el proyecto para habilitar reelecciones indefinidas de legisladores, concejales y consejeros escolares, una iniciativa que cuenta con apoyo de un sector del peronismo y parte del radicalismo, pero enfrenta el rechazo del PRO, La Libertad Avanza y el Frente Renovador. La propuesta, que busca modificar normas de alternancia, es vista por los intendentes kicillofistas como una herramienta para consolidar poder territorial, pero sus detractores la consideran un retroceso democrático.
Otro punto de fricción es la gestión del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA), la obra social de los empleados públicos bonaerenses. La oposición, especialmente el PRO y la UCR, planea aprovechar la sesión para cuestionar la administración de IOMA, exigiendo mayor transparencia y mejoras en la cobertura. Este tema, que ya fue eje de negociaciones fallidas durante el debate del Presupuesto 2025, podría derivar en un cruce de acusaciones que desvíe la atención de los plazos electorales.
El desafío de Kicillof: liderar sin fracturas
Axel Kicillof, cuya reelección en 2023 lo consolidó como referente del peronismo bonaerense, enfrenta ahora el desafío de conducir un espacio fragmentado sin ceder terreno ante la oposición. Su decisión de desdoblar las elecciones y suspender las PASO, justificada por la complejidad de combinar la boleta única nacional con la boleta partidaria provincial, le permitió “provincializar” el debate electoral, obligando a los intendentes a defender su gestión en temas como seguridad y salud. Sin embargo, esta jugada también lo expuso a críticas internas y externas, con sectores que lo acusan de priorizar su liderazgo por sobre la unidad.
En su discurso, Kicillof ha insistido en la necesidad de un “frente amplio” contra las políticas de ajuste de Javier Milei, pero su negativa a endosar candidaturas como la de Cristina Kirchner al PJ nacional le valió acusaciones de “desagradecido” por parte del kirchnerismo. Mientras tanto, la oposición, liderada por LLA y el PRO, celebra la división peronista, confiando en que les permitirá consolidarse como primera fuerza en la provincia.
Un lunes que marcará el rumbo
La sesión del lunes no solo definirá los plazos electorales, sino que sentará las bases de la estrategia peronista para las elecciones de 2025. Con el reloj en contra y las tensiones internas al rojo vivo, Kicillof deberá demostrar que puede liderar sin fracturar su espacio.
Los temas paralelos, como las reelecciones indefinidas y la gestión de IOMA, añadirán complejidad a una jornada que promete ser un termómetro del futuro político bonaerense. En un distrito clave que representa el 37% del padrón electoral nacional, el peronismo se juega más que escaños: se juega su capacidad de resistir en un escenario político cada vez más adverso.