Con el mandato de Máximo Kirchner próximo a vencer, el peronismo provincial se enfrenta a una encrucijada: renovar, confrontar o consensuar. La vicegobernadora emerge como figura de unidad entre tensiones internas.
La cuenta regresiva ya comenzó. El liderazgo de Máximo Kirchner al frente del Partido Justicialista bonaerense tiene fecha de vencimiento: el 18 de diciembre. Según la carta orgánica del PJ, el Consejo partidario debería convocar a elecciones internas con al menos 60 días de antelación, aunque también existe la posibilidad de prorrogar la conducción actual.
En este contexto, el peronismo provincial se divide entre tres caminos: la continuidad del actual presidente, una interna inédita —poco habitual en la dinámica del PJ— o una lista de consenso que evite fracturas. La tensión crece y los movimientos subterráneos se aceleran.
Magario, la carta del kicillofismo para renovar el PJ
Desde el entorno de Axel Kicillof, varios intendentes comenzaron a promover a Verónica Magario como posible sucesora de Kirchner. La vicegobernadora bonaerense, que también ocupa la vicepresidencia del PJ provincial, es vista como una figura capaz de equilibrar las tensiones entre el cristinismo duro y los sectores territoriales que reclaman mayor protagonismo.
El Movimiento Derecho al Futuro (MDF), espacio que responde al gobernador, apuesta por una renovación que exprese “unidad con territorialidad”. Magario, con pasado sindical, gestión municipal en La Matanza y actual rol institucional, encarna ese perfil.
¿Interna, continuidad o acuerdo? El dilema peronista
Mientras el cristinismo impulsa la continuidad de Máximo Kirchner, los intendentes kicillofistas no descartan una interna. Aunque sería una novedad en el PJ bonaerense, algunos sectores consideran que una competencia democrática podría oxigenar el partido y reposicionarlo frente a los desafíos del gobierno nacional.