Tras el triunfo electoral del domingo, la oposición amarilla busca capitalizar su envión político en la Legislatura bonaerense. Exigen al gobernador Axel Kicillof que envíe el proyecto de presupuesto 2026 y advierten que insistirán con la Boleta Única en Papel, una reforma que promete reconfigurar el sistema electoral provincial.
El resultado del domingo fortaleció al PRO en la provincia de Buenos Aires. Con el envión de las urnas, los legisladores opositores salieron a marcar la agenda y pusieron la mira en dos frentes: la discusión presupuestaria y la reforma electoral. El diputado Matías Ranzini, jefe del bloque amarillo, advirtió que “ya no hay excusas para que el gobernador no envíe el presupuesto 2026 y la Ley Fiscal”, en referencia a la demora del Ejecutivo en girar los proyectos.
El presupuesto como campo de batalla
El año pasado, la Legislatura bonaerense no logró aprobar el presupuesto, lo que obligó al Ejecutivo a administrar con prórrogas y discrecionalidad. Ahora, con un escenario político más adverso para el oficialismo, el PRO busca forzar a Kicillof a negociar desde una posición de debilidad. La oposición sostiene que el presupuesto es clave para ordenar las cuentas provinciales y evitar que el gobernador concentre poder en la reasignación de partidas.
La Boleta Única en Papel, bandera opositora
Además de la pulseada fiscal, el PRO anunció que avanzará con la implementación de la Boleta Única en Papel (BUP) en la provincia. El sistema, que ya se aplicó en las elecciones nacionales, es defendido por la oposición como una herramienta de “transparencia, equidad y eficacia”. El objetivo es que la reforma se apruebe en la Legislatura y pueda aplicarse en los comicios provinciales y municipales de 2027.
Kicillof entre la presión y la negociación
El gobernador Axel Kicillof enfrenta un escenario complejo: por un lado, la necesidad de garantizar recursos para sostener la gestión; por otro, la presión de una oposición fortalecida que busca condicionar su margen de maniobra. La discusión por el presupuesto y la Boleta Única promete convertirse en dos ejes centrales de la agenda política bonaerense en los próximos meses, con impacto directo en la gobernabilidad y en la estrategia electoral hacia 2027.


