El entendimiento entre el PRO y La Libertad Avanza, que se gestó tras intensas negociaciones en las últimas semanas, implica que el frente electoral llevará el nombre de “La Libertad Avanza” en las ocho secciones electorales de la provincia, sin rastros de la marca PRO en la boleta. Este viernes al mediodía, la asamblea partidaria del PRO se reunirá de manera virtual para votar el acuerdo que han impulsado figuras clave del macrismo, como Cristian Ritondo y Diego Santilli, junto a Sebastián Pareja, armador de LLA en la provincia y hombre de confianza de Karina Milei.
A solo 5 días del cierre de alianzas para las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre, el PRO de la provincia de Buenos Aires ultima detalles para formalizar su incorporación al frente electoral liderado por La Libertad Avanza (LLA). Este viernes al mediodía, la asamblea partidaria del PRO se reunirá de manera virtual para votar el acuerdo que han impulsado figuras clave del macrismo, como Cristian Ritondo y Diego Santilli, junto a Sebastián Pareja, armador de LLA en la provincia y hombre de confianza de Karina Milei. La decisión, que busca consolidar un bloque opositor contra el peronismo de Axel Kicillof, no está exenta de tensiones internas y resistencias de algunos intendentes amarillos.
Un acuerdo bajo el sello libertario
El entendimiento entre el PRO y La Libertad Avanza, que se gestó tras intensas negociaciones en las últimas semanas, implica que el frente electoral llevará el nombre de “La Libertad Avanza” en las ocho secciones electorales de la provincia, sin rastros de la marca PRO en la boleta. Esta condición, impuesta por Karina Milei, generó malestar entre algunos sectores del macrismo, que ven en esta alianza una cesión de identidad partidaria. Sin embargo, la urgencia de enfrentar al peronismo en un distrito clave como Buenos Aires, donde el kirchnerismo mantiene una fuerte presencia, llevó a los negociadores a priorizar la unidad.
El martes pasado, Ritondo y Santilli se reunieron en la Cámara de Diputados con Pareja para cerrar la primera etapa del acuerdo. A este encuentro le siguió, el miércoles, una reunión entre legisladores bonaerenses del PRO —Matías Ranzini, Agustín Forchieri y Alejandro Rabinovich— y armadores de LLA, con el objetivo de avanzar en la coordinación distrito por distrito en los 135 municipios de la provincia. Según fuentes del PRO, el acuerdo ya está “prácticamente cerrado” y solo resta la aprobación formal de la asamblea, presidida por Néstor Grindetti, para inscribir el frente antes del plazo del 9 de julio.
Resistencias internas y la voz de los intendentes
A pesar del optimismo de los negociadores, no todos los sectores del PRO están alineados con la alianza. De los 13 intendentes macristas en la provincia, solo cinco —Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Marcelo Matzkin (Zárate), Juan Ibarguren (Pinamar), Fernando Bouvier (Arrecifes) y Ramón Lanús (San Isidro)— han dado su respaldo explícito al acuerdo con LLA. Otros, como Pablo Petrecca (Junín), Soledad Martínez (Vicente López), Javier Martínez (Pergamino) y María José Gentile (9 de Julio), expresaron reparos, preocupados por la “territorialidad” y el riesgo de que los armadores libertarios desplacen a sus estructuras locales.
“La reunión de mañana va a ser positiva, pero no todos están convencidos de que LLA sea el mejor socio. Algunos preferirían alianzas con radicales o vecinalistas”, señaló un dirigente cercano a uno de los intendentes críticos. Estas tensiones reflejan el desafío del PRO de mantener su identidad en un frente dominado por el discurso “violeta” de La Libertad Avanza, especialmente tras la reciente derrota del macrismo en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires, donde LLA, con Manuel Adorni como candidato, relegó al PRO al tercer lugar.
La estrategia electoral y el contexto político
La alianza entre el PRO y LLA busca capitalizar el descontento con la gestión de Axel Kicillof y el peronismo, que ha gobernado la provincia durante 33 de los últimos 40 años. En un contexto de polarización, los libertarios llegan fortalecidos tras sus victorias en distritos como la Ciudad de Buenos Aires, Chaco y Salta, y lideran las encuestas de intención de voto a nivel nacional, con un 40% según un reciente estudio de la consultora Fixer. El PRO, por su parte, apuesta a sumar su estructura territorial y experiencia política para contrarrestar la hegemonía peronista en el principal distrito electoral del país, hogar de 17.5 millones de habitantes.
Sin embargo, el acuerdo no está exento de desafíos. La falta de gestos concretos por parte de LLA hacia los intendentes del PRO, sumada a la percepción de que la alianza podría ser una “absorción” más que una sociedad equitativa, mantiene en vilo a algunos sectores del macrismo. “No es una alianza, es una rendición”, expresó un intendente del interior bonaerense, reflejando el malestar de quienes ven en las condiciones impuestas por Karina Milei un intento de fagocitar al PRO.
Hacia el 7 de septiembre
La asamblea de este viernes marcará un punto de inflexión para el PRO bonaerense. De aprobarse el acuerdo, el frente La Libertad Avanza quedará formalmente constituido, y las negociaciones se enfocarán en la confección de las listas, que deberán presentarse antes del 19 de julio. En este sentido, José Luis Espert, confirmado como cabeza de lista de LLA para diputado nacional por la provincia, emerge como una figura clave para articular el discurso libertario con el electorado bonaerense.
Mientras tanto, el peronismo también acelera su estrategia. Este sábado, el PJ bonaerense realizará su propio congreso en San Vicente para avanzar en la conformación de un frente electoral que unifique a las distintas corrientes del espacio, desde el kicillofismo hasta el massismo. Con Cristina Fernández de Kirchner fuera de la contienda tras su condena, el peronismo apuesta a la unidad para mantener su bastión en la provincia.
A cinco días del cierre de alianzas, la provincia de Buenos Aires se consolida como el principal tablero político del país. La alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, si logra superar las resistencias internas, podría reconfigurar el mapa opositor y sentar las bases para las elecciones nacionales de octubre. Sin embargo, el éxito del frente dependerá de la capacidad de ambos espacios para equilibrar ambiciones y construir una propuesta que convenza a un electorado cada vez más exigente.