La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo cuestionó el nombramiento del militar y alertó sobre un retroceso democrático.
La designación del teniente general Carlos Alberto Presti como ministro de Defensa por parte del presidente Javier Milei generó un fuerte rechazo en organismos de derechos humanos.
Desde el retorno de la democracia en 1983, la conducción de la cartera siempre estuvo en manos de civiles, lo que convierte este nombramiento en un hecho inédito y polémico.
Carlotto: “Es una provocación”
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, expresó su preocupación y calificó la medida como una “provocación”. En declaraciones radiales, sostuvo: “Las políticas de Estado las deben manejar los civiles. Poner a un militar en Defensa es iniciar una situación de violencia en la sociedad, cuando ya sabemos la vida que ha tenido la Argentina con los golpes de Estado y las dictaduras”.
Carlotto agregó que el Gobierno “está mortificando al país con ideas extrañas” y que la sociedad tiene la obligación de impedir este tipo de retrocesos.
Reacciones políticas y sociales
El nombramiento de Presti también fue cuestionado por dirigentes de la oposición y referentes del radicalismo platense, quienes recordaron el rol de su padre, coronel Carlos Roque Presti, como jefe del Regimiento 7 de La Plata durante la dictadura. En redes sociales, se multiplicaron las críticas y denuncias de hostigamiento digital contra quienes se manifestaron en contra de la designación.
Un debate sobre memoria y democracia
La polémica abre un debate más amplio sobre el lugar de las Fuerzas Armadas en democracia y la necesidad de preservar la conducción civil de las políticas de Estado. Para Carlotto y los organismos de derechos humanos, la decisión del Gobierno no solo desconoce la tradición democrática instaurada en 1983, sino que también reabre heridas históricas y tensiona el clima social.


