Estudiantes de La Plata volvió a consagrarse campeón del fútbol argentino. En Santiago del Estero, el equipo de Eduardo Domínguez venció por penales a Racing y se quedó con el Torneo Clausura 2025, sumando una nueva estrella a un ciclo que ya quedó marcado en la historia del club.
La final se disputó en el Estadio Madre de Ciudades y contó con una masiva presencia de hinchas albirrojos, que acompañaron a un equipo acostumbrado a competir en instancias decisivas y que volvió a responder en el momento límite.
Un ciclo ganador que se sostiene en las finales
El título ante Racing no es un hecho aislado. Estudiantes disputó seis finales en el último año, un registro poco habitual en el fútbol argentino actual. En ese período obtuvo:
- Copa Argentina ante Defensa y Justicia
- Copa de la Liga frente a Vélez
- Trofeo de Campeones, también ante Vélez
- Torneo Clausura 2025 frente a Racing
En el camino, además, perdió la Supercopa Argentina ante River y la Supercopa Internacional frente a Vélez. El balance confirma la regularidad y competitividad del equipo de Domínguez.
La definición por penales y el carácter del equipo
Tras un partido parejo, el Pincha se impuso desde los doce pasos y cerró el torneo con una muestra más de personalidad. La solidez mental del plantel volvió a ser clave, una marca registrada de este Estudiantes que no se desarma en escenarios adversos.
El gesto de Domínguez y el trasfondo institucional
La premiación dejó una imagen que rápidamente se viralizó. Al recibir la medalla de campeón, Eduardo Domínguez saludó a Claudio “Chiqui” Tapia sin establecer contacto visual, en un gesto interpretado como una señal directa del conflicto que atraviesa el club con la AFA.

El saludo fue correcto, pero frío. Y se sumó a una serie de actitudes similares por parte de jugadores y cuerpo técnico, que mantuvieron un trato estrictamente protocolar durante la ceremonia.
El respaldo a Verón y la disputa con la AFA
El gesto del entrenador se leyó como un respaldo al presidente de Estudiantes, Juan Sebastián Verón, sancionado por la AFA tras el denominado “pasillo gate”. La suspensión por seis meses y la posterior apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) profundizaron un enfrentamiento que sigue abierto.
Dirigencia, plantel y cuerpo técnico mostraron una postura unificada. El título no desactivó el conflicto, pero sí reforzó la cohesión interna del club.
Insultos en la previa y música para tapar los cánticos
La tensión también se trasladó a las tribunas. En la previa de la final, hinchas de Estudiantes cantaron contra Tapia y la AFA. Desde la organización, la respuesta fue subir el volumen de la música del estadio para tapar los insultos, una decisión que generó malestar entre los simpatizantes albirrojos.
El clima reflejó el estado actual de la relación entre el club platense y la conducción del fútbol argentino.

Repercusiones políticas y empresariales
La consagración tuvo impacto más allá de lo deportivo. El presidente Javier Milei celebró el título en redes sociales con un mensaje breve, reafirmando su simpatía por Estudiantes, algo que ya había expresado en otras oportunidades.
También se sumó Mercado Libre, nuevo sponsor principal del club, que destacó el campeonato y el inicio de su vínculo con el Pincha, ubicando nuevamente a Estudiantes en el centro de la escena nacional.
Un campeón que trasciende el resultado
Estudiantes cerró el Torneo Clausura 2025 con una copa, una postura firme y un mensaje claro dentro y fuera de la cancha. Ganó la final, sostuvo su identidad y volvió a representar a La Plata en lo más alto del fútbol argentino.


