Sábado 28 de junio de 2025
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Francos negó una nueva devaluación y justificó el déficit externo como parte del crecimiento económico

El jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, aseguró que el Gobierno monitorea de cerca el aumento del déficit de las cuentas externas, pero descartó de manera tajante cualquier posibilidad de una nueva devaluación del peso argentino. La preocupación surgió tras el dato del INDEC que reveló un saldo negativo de 5.191 millones de dólares en la balanza de bienes y servicios durante el primer trimestre del año.

Desde el oficialismo vinculan este déficit con la necesidad de inversiones en una economía que, aseguran, muestra señales de recuperación. Francos explicó que gran parte de los dólares que salieron del país se destinaron a la importación de bienes de capital, algo que considera positivo en un escenario de crecimiento proyectado en torno al 6%. “Lo seguimos atentamente, pero entendemos que se trata de un resultado lógico de la nueva política económica: primero, hay libertad de cambio, y dentro de las bandas establecidas el dólar se mueve libremente”, afirmó el funcionario en declaraciones a Radio Mitre.

Además, señaló que “la Argentina estaba descapitalizada y necesita inversiones para sostener el crecimiento”. Según su visión, el incremento en las importaciones refleja el inicio de un ciclo de mayor actividad y no un problema estructural.

La posición oficial: déficit por inversión y no por desequilibrio fiscal

La misma línea sostuvo el viceministro de Economía, José Luis Daza, quien remarcó en un seminario ante banqueros que el déficit de cuenta corriente es “absolutamente esperable y razonable” en el contexto actual. Daza detalló que un déficit cercano al 2% del PBI, con un crecimiento del 6%, es coherente y hasta saludable para un país que parte de una situación de baja capitalización. Contrastó además la situación argentina con la de países de la región que, creciendo a menor ritmo, presentan déficits similares o superiores.

Según Daza, la diferencia clave con otros momentos críticos de la historia argentina es que este déficit “no está provocado por un desahorro del fisco, sino que surge de la inversión privada”. En sus palabras, “gran parte de este déficit está financiado y generado por el sector privado, lo que cambia completamente su lectura económica”.

Expectativas sobre el dólar y las inversiones futuras

Francos y Daza coincidieron en descartar que el Gobierno esté evaluando una devaluación. “Hay sectores que esperan una corrección del tipo de cambio para obtener ganancias rápidas, pero eso no va a ocurrir”, enfatizó el jefe de Gabinete. Recordó que el esquema vigente permite la libre flotación del dólar dentro de las bandas y solo prevé intervención oficial si el precio toca los extremos de esos límites.

Daza, por su parte, proyectó que la balanza de pagos podría experimentar un “cambio fundamental” en los próximos años, gracias al desarrollo del sector energético y minero, con potencial de generar un superávit de entre 50.000 y 60.000 millones de dólares, cifras equivalentes a las exportaciones del complejo agropecuario. Esta perspectiva, afirmó, abre la puerta a fuertes flujos de capital hacia el país, apuntalados por un esquema de precios libres y un tipo de cambio flotante determinado por el mercado.

Conclusión oficial: déficit controlado y parte de la recuperación

Tanto desde la Jefatura de Gabinete como desde el Ministerio de Economía coinciden en que el nivel actual del déficit de cuenta corriente es manejable y compatible con el crecimiento. “Estamos cómodos con este nivel de déficit”, cerró Daza, subrayando que lo consideran resultado de la inversión privada y no de un desequilibrio fiscal, y que es consistente con el objetivo oficial de sentar las bases para una transformación económica sostenida.

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