Ian, un niño activista con TEA, llevó al presidente Javier Milei a la Justicia federal platense por ataques en redes sociales. Con el juez Ramos Padilla al frente, este caso podría cambiar las reglas del discurso político en el país. ¿Qué pasará?
Ian Moche, un niño de 12 años con trastorno del espectro autista (TEA), se ha convertido en el centro de una controversia nacional al denunciar al presidente Javier Milei por ataques en redes sociales. La acción judicial, presentada hoy en el Juzgado Federal N° 4 de La Plata, a cargo del juez Alberto Recondo, busca que el mandatario elimine un posteo ofensivo del 1 de junio y se abstenga de futuras publicaciones contra el menor. Sin embargo, el caso dio un giro inesperado cuando el abogado Andrés Gil Domínguez recusó sin causa a Recondo, dejando en manos del juez Alejo Ramos Padilla la posibilidad de definir la recusación o dictar sentencia directamente.
El origen del conflicto: un posteo que desató la polémica
Todo comenzó a principios de junio, cuando Ian, conocido en redes sociales por su activismo en favor de la inclusión y los derechos de las personas con discapacidad, participó en una entrevista en LN+ junto al periodista Paulino Rodrigues. En el programa, el niño y su madre, Marlene Spesso, denunciaron los recortes en políticas de discapacidad impulsados por el gobierno de Milei y relataron una frase atribuida al director de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo: “Tener un hijo con discapacidad es un problema de la familia, no del Estado”.
El 1 de junio, Milei republicó un mensaje en X que acusaba a Rodrigues de “llevar a un nene con autismo para que opere contra el presidente” y lo calificaba de estar “siempre del lado del mal”. El posteo, que señalaba directamente a Ian y su familia, desató una ola de críticas y repudio en redes sociales, incluyendo pronunciamientos de Amnistía Internacional y figuras políticas como María Eugenia Vidal. “Ninguna diferencia política justifica la exposición ni humillación pública de un niño”, advirtió la organización en un comunicado.
Ian, quien cuenta con más de 440.000 seguidores en Instagram, se presenta como “un niño autista que habla de autismo”. Su labor divulgativa, que incluye charlas en eventos y conferencias, lo ha convertido en un referente en Argentina. Sin embargo, la respuesta del presidente y sus seguidores en redes lo expuso a una campaña de hostigamiento que, según su familia, afectó profundamente al menor.
La denuncia: un paso hacia la justicia
Hoy, la familia Moche, representada por el abogado Andrés Gil Domínguez, formalizó la denuncia en el Juzgado Federal N° 4 de La Plata. La acción judicial exige que Milei elimine el posteo del 1 de junio y se comprometa a no realizar nuevas publicaciones sobre Ian. Además, se argumenta que las declaraciones del presidente constituyen un acto de violencia simbólica y una violación de los derechos de la infancia.
El caso cayó inicialmente en manos del juez Alberto Recondo, pero Gil Domínguez presentó una recusación sin causa, un recurso permitido en el fuero contencioso administrativo que no requiere justificar motivos. Esta maniobra trasladó la causa al juez Alejo Ramos Padilla, conocido por fallos de alto impacto, como la sentencia que declaró inconstitucional el decreto de Milei para nombrar jueces de la Corte Suprema en 2025. Ramos Padilla ahora tiene dos caminos: resolver la recusación o, si la acepta, dictar sentencia directamente sobre el fondo de la denuncia.
Reacciones y contexto: una sociedad dividida
La denuncia de Ian Moche llega en un momento de alta tensión política en Argentina. Las políticas de ajuste de Milei, incluyendo recortes en áreas como discapacidad, han generado protestas masivas, como la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista del 1 de febrero de 2025, que reunió a un millón de personas en Buenos Aires. En este contexto, el caso de Ian se percibe como un símbolo de resistencia frente al discurso oficial.
En X, las reacciones no se hicieron esperar. Usuarios como @somoscorta celebraron la valentía de Ian: “Un niño activista enfrenta al presidente por sus ataques. Esto es histórico”. Otros, como @altoque_ok, recordaron las declaraciones de Marlene Spesso, quien afirmó que Milei “tiene un trastorno de salud mental y está mal acompañado”. Sin embargo, sectores afines al gobierno defendieron al presidente, argumentando que el niño fue utilizado políticamente.
Organizaciones de derechos humanos y discapacidad, como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), respaldaron a la familia Moche, exigiendo que el Estado garantice la protección del menor. “Este caso pone en evidencia la necesidad de regular el discurso de odio en redes sociales, especialmente cuando proviene de figuras de poder”, señaló un comunicado de CELS.
¿Qué sigue? Un fallo que podría marcar un precedente
El futuro de la denuncia depende ahora de Ramos Padilla. Si acepta la recusación, podría emitir un fallo que obligue a Milei a retractarse, un hecho sin precedentes en la historia reciente de Argentina. De no hacerlo, el caso regresaría a Recondo, prolongando el proceso. Expertos legales consultados coinciden en que, dado el perfil del menor y la sensibilidad del tema, el fallo podría sentar un precedente sobre la responsabilidad de los funcionarios públicos en redes sociales.
Mientras tanto, Ian y su madre continúan su lucha por la inclusión. En un reciente posteo en Instagram, el niño escribió: “Hablar de autismo es mi manera de cambiar el mundo. No me voy a callar”. Su voz, pequeña pero poderosa, resuena en un país que observa expectante el desenlace de esta batalla judicial.