La dinámica inflacionaria vuelve a ganar protagonismo en la agenda económica y política de la Argentina. A pesar de los intentos del gobierno por sostener una narrativa de estabilización, las consultoras privadas ya proyectan un piso de inflación del 5% mensual para los próximos meses, y alertan por un combo explosivo: remarcaciones en góndolas, aumentos tarifarios con costos dolarizados y una fuerte expansión de la base monetaria.
Aumentos en góndolas, suba del dólar y un cambio en la política monetaria complican el panorama económico
La estabilidad de precios vuelve a estar en duda. La inflación, que parecía moderarse en los primeros meses del año, vuelve a mostrar signos de aceleración. Las principales consultoras privadas proyectan un piso del 5% para los próximos meses, empujado por remarcaciones en supermercados, aumentos en bienes transables y subas tarifarias.
Las alzas detectadas en productos de consumo masivo oscilan entre el 8% y el 15%. También se registraron nuevos listados en concesionarias y corralones, lo que anticipa otro golpe al bolsillo.
El nuevo esquema cambiario: dólar más alto, precios más caros
El reciente salto del dólar oficial, que pasó de $1.097 a $1.230 en apenas unos días, encendió las alarmas en los mercados. El Gobierno activó un régimen de flotación administrada con una banda de entre $1.000 y $1.400, lo que provocó un ajuste inmediato en los precios.
Los supermercados ya trasladaron parte de la suba a las góndolas. Algunas consultoras, como Romano Group, calculan que la inflación de abril podría ubicarse entre el 5% y el 5,5%, superando ampliamente el 3,7% de marzo.
Fin del ancla cambiaria y giro en la emisión monetaria
Uno de los puntos más sensibles del nuevo esquema económico es el cambio en el manejo de la base monetaria. El Banco Central abandonó la lógica de la “Base Monetaria Amplia” (BMA), promovida por Vladimir Werning, y adoptó nuevas metas indicativas centradas en el M2 privado neto de depósitos remunerados.
Esto implica mayor emisión de dinero. El acuerdo con el FMI contempla una expansión monetaria respaldada en la compra de divisas, lo que podría presionar los precios si no hay suficiente demanda de dinero. Para contener esa presión, el BCRA evalúa subir las tasas, lo que puede profundizar la recesión.
Críticas al modelo libertario y advertencias del mercado
En el sector financiero crece el escepticismo. Una fuente consultada remarcó que el nuevo esquema representa un reconocimiento tácito del fracaso del programa original del Gobierno. “Las ideas de Werning ya no tienen sustento. En Wall Street, Londres o Basilea, esas conferencias que defendían la base monetaria fija ya no generan credibilidad”, afirmó.
El mismo análisis advierte que la baja cobertura de reservas sigue siendo un problema grave. Aunque el riesgo país haya cedido levemente, la falta de respaldo monetario en dólares podría mantenerlo en niveles altos.
El FMI, los precios y la presión sobre el consumo
El Fondo Monetario Internacional también revisó sus proyecciones: espera una inflación de entre el 18% y el 23% para 2025. Si bien considera que el traslado a precios no será tan abrupto como en ciclos anteriores, reconoce que la flotación del dólar genera incertidumbre.
Consultoras como Analytica y 1816 coinciden en que la inflación se mantendrá elevada, al menos durante el segundo trimestre. El ajuste por precio en el sector externo, la suba de tarifas y el impacto del dólar en productos importados comprometen cualquier escenario de desinflación rápida.