El Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) salió a poner paños fríos —y algo de orden— ante la circulación de versiones sobre un fuerte incremento en el Bono de Ejercicio Profesional (BEP). La obra social bonaerense fue clara: no reconoce ni autoriza cobros adicionales que no estén contemplados en los convenios vigentes y advirtió que avanzará con medidas legales si detecta irregularidades.
La aclaración llega en un contexto sensible para miles de afiliados de La Plata y la región, donde el acceso a la atención médica volvió a quedar en el centro de la escena tras los conflictos recientes entre IOMA y entidades médicas.
Qué dijo IOMA sobre el bono médico
Desde la obra social explicaron que el supuesto aumento del BEP hasta los $25.000, anunciado por sectores médicos, “es irregular e ilegal” ya que no forma parte del acuerdo firmado con los prestadores. En ese sentido, remarcaron que los afiliados no están obligados a pagar sobreprecios para ser atendidos.
El mensaje fue directo: los pacientes solo deben abonar el copago establecido en el convenio. Cualquier suma adicional exigida por fuera de ese marco carece de validez y no puede ser impuesta como condición para acceder a una consulta.
Además, IOMA recordó que los profesionales e instituciones adheridas deben respetar los valores acordados. Un cobro indebido, señalaron, no solo vulnera el convenio sino que también afecta el derecho de los afiliados a una atención regular.
Cómo denunciar cobros indebidos
Ante situaciones irregulares, la obra social indicó que los afiliados pueden realizar la denuncia correspondiente en la delegación de IOMA que les corresponda —en La Plata, una de las más concurridas de la Provincia— o a través del sitio web oficial. El objetivo, aseguran, es contar con respaldo formal para intervenir y sancionar si corresponde.
El aumento que volvió a tensar el sistema
El debate se reactivó el lunes, cuando los médicos informaron que el tope máximo del BEP pasaba de $15.000 a $25.000, un salto significativo respecto del último ajuste aplicado en enero. La decisión, tomada de manera unilateral por sectores profesionales, volvió a exponer la fragilidad del financiamiento del sistema de salud privado y mixto.
Desde el ámbito médico sostienen que la actualización responde a una estructura de costos cada vez más pesada: alquileres, servicios, insumos, tecnología y personal crecieron muy por encima de los honorarios. En ese escenario, el bono aparece como un salvavidas para sostener consultorios abiertos y evitar la ruptura total de convenios, una película conocida en La Plata tras el reciente conflicto entre IOMA y la Asociación Médica Platense.
Qué es el BEP y cuándo corresponde
El Bono de Ejercicio Profesional no es obligatorio y se aplica únicamente en consultas particulares. No se cobra en clínicas ni sanatorios y su implementación depende del acuerdo entre médico y paciente. En algunos casos, puede ser reintegrado total o parcialmente por la obra social o la prepaga, según el plan contratado.
El mecanismo surgió años atrás impulsado por colegios médicos y sociedades científicas como respuesta a la crisis arancelaria. La idea fue reconocer la especialización, la experiencia y el tiempo dedicado a cada consulta sin romper de forma directa los convenios con las obras sociales.
Un conflicto que impacta en el bolsillo
Como ocurre cada vez que el BEP se actualiza, la discusión deja a los pacientes en el medio. Para muchos afiliados, el bono representa un gasto difícil de afrontar y una barrera al momento de atenderse. Del otro lado, los profesionales advierten que sin una recomposición real de los honorarios, la práctica médica se vuelve inviable.
Mientras tanto, IOMA intenta marcar límites claros: lo que no está en el convenio, no se paga. Una definición que busca llevar algo de previsibilidad a un sistema que, por estos días, parece funcionar con más tensión que turnos disponibles.


