Martes 10 de junio de 2025
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Juan Grabois dijo que su detención fue un “acto de odio gorila”

Tras ser liberado, Grabois no solo reivindicó su militancia, sino que calificó su detención como un “acto de odio gorila” y una “ofensiva contra la memoria colectiva” del peronismo, desatando un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación.

En un nuevo capítulo de la polarización política que atraviesa Argentina, el dirigente social Juan Grabois fue detenido el pasado 7 de junio durante el desalojo del Instituto Juan Domingo Perón, una institución que el gobierno de Javier Milei había decidido disolver. Tras ser liberado, Grabois no solo reivindicó su militancia, sino que calificó su detención como un “acto de odio gorila” y una “ofensiva contra la memoria colectiva” del peronismo, desatando un intenso debate en redes sociales y medios de comunicación. Este episodio, cargado de simbolismo, pone en el centro de la escena la lucha por la identidad nacional y el legado histórico del movimiento peronista.

Una detención en el corazón del peronismo

La detención de Grabois ocurrió en el marco de una ocupación simbólica del Instituto Juan Domingo Perón, ubicado en la antigua residencia de Juan Domingo Perón y Eva Perón. Según denuncias de su organización, el Frente Patria Grande, el gobierno de Milei busca “vaciar” instituciones ligadas al peronismo como parte de una estrategia para debilitar su influencia histórica y política. “Sellaron todo, destruyeron murales y pusieron las estatuas de Evita y Perón en bolsas mortuorias”, afirmó Grabois, visiblemente indignado, en un comunicado posterior a su liberación.

El operativo de desalojo, llevado a cabo por la Policía Federal, culminó con la detención del dirigente y varios militantes. Desde el patrullero, Grabois publicó un mensaje desafiante en sus redes sociales: “Meteme preso Milei, pero la bandera argentina no me la sacás”. Este gesto, que rápidamente se viralizó, no solo reflejó la resistencia del sector peronista, sino que también avivó la discusión sobre la criminalización de la protesta social en el país.

“Es un orgullo que nos metan presos”

Tras su liberación, Grabois no dudó en calificar el episodio como un ataque directo al “legado peronista y la identidad nacional”. En un tono combativo, aseguró: “Es un orgullo que el gobierno de Milei nos meta presos por defender lo que somos como pueblo”. Para el dirigente, la disolución del Instituto Perón no es un hecho aislado, sino parte de una “ofensiva contra la memoria colectiva” que busca borrar los símbolos de un movimiento que marcó la historia argentina del siglo XX.

En su entorno, la detención fue interpretada como una escalada en la criminalización de la protesta social. Un comunicado del Frente Patria Grande denunció que “la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita”, acusando al gobierno de actuar de manera “ilegal” al disolver el instituto. La expresión “odio gorila”, utilizada tanto por Grabois como por sus seguidores, remite a un término histórico que alude al desprecio de sectores antiperonistas hacia el movimiento fundado por Perón.

El trasfondo: una batalla por la narrativa histórica

La detención de Grabois no es un hecho aislado, sino un reflejo de la profunda grieta que atraviesa la política argentina. El gobierno de Milei, que asumió en diciembre de 2023, ha enfrentado críticas por sus políticas de ajuste económico y por medidas que sectores opositores consideran una “provocación” contra los símbolos populares. En este contexto, el cierre del Instituto Juan Domingo Perón, un espacio dedicado a preservar el legado del expresidente y su esposa, Evita, se interpreta como un ataque directo a la identidad de millones de argentinos.

Grabois, conocido por su activismo social y su defensa de los sectores más vulnerables, ha emergido como una figura clave en la resistencia a estas políticas. En sus declaraciones, advirtió que el gobierno de Milei podría dejar al país en una situación “peor que en 2001” y llamó a “organizar la bronca” en los barrios. Su detención, lejos de amedrentarlo, parece haber reforzado su compromiso: “Estoy dispuesto a ir preso las veces que sea necesario por defender el legado peronista”, afirmó.

Un llamado a la movilización

Desde el entorno de Grabois, se convocó a una movilización masiva en defensa de los espacios de memoria y la democracia. “No vamos a permitir que borren nuestra historia”, declararon en un comunicado que circuló ampliamente en redes sociales. La detención del dirigente, aunque breve, ha servido como catalizador para galvanizar a los sectores peronistas y a las organizaciones sociales que se oponen al gobierno.

En un país donde los símbolos históricos tienen un peso indiscutible, el enfrentamiento por el Instituto Perón trasciende lo institucional y se convierte en una batalla por la narrativa. Para los seguidores de Grabois, la defensa de este espacio es también la defensa de una identidad colectiva que el peronismo ha encarnado durante décadas. Para el oficialismo, en cambio, se trata de una reorganización administrativa en un contexto de crisis económica.

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