La cabeza de lista de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires deberá hacer campaña sin poder marcar su propio nombre en la Boleta Única Papel. El padrón la ubica en CABA, lejos del distrito que busca representar.
La escena es insólita pero real: Karen Reichardt, primera candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, no podrá votarse a sí misma en las elecciones legislativas del 26 de octubre. El motivo es simple y contundente: su domicilio electoral está registrado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en el barrio de Palermo.
La exmodelo y conductora televisiva, que saltó a la fama en los años 90 con el programa NotiDormi de Raúl Portal, encabeza la boleta bonaerense de La Libertad Avanza tras la renuncia de José Luis Espert y el rechazo judicial a la candidatura de Diego Santilli. Sin embargo, el padrón definitivo la obliga a emitir su voto en una escuela porteña, lejos del territorio que busca representar.
De los sets de TV al Congreso: una candidatura exprés
La irrupción de Reichardt en la política bonaerense fue tan repentina como polémica. Tras el revés judicial que impidió el corrimiento de lista en favor de Santilli, La Libertad Avanza debió recurrir a su segunda candidata, Karina Celia Vázquez —su nombre real—, para encabezar la nómina en el principal distrito electoral del país.
La decisión generó ruido interno y externo. Por un lado, la falta de arraigo territorial en la provincia de Buenos Aires. Por otro, la exposición mediática de su pasado televisivo, que incluye participaciones en ciclos como Brigada Cola, Fanáticas y una recordada portada en Playboy .
¿Representación sin voto propio?
El caso de Reichardt no es el primero, pero sí el más llamativo. En elecciones anteriores, figuras como Silvia Lospennato y Hernán Lombardi también enfrentaron situaciones similares. Sin embargo, la diferencia es que Reichardt encabeza la lista, lo que intensifica el debate sobre la representatividad y el vínculo real con el territorio.
Desde el oficialismo libertario, se minimiza el episodio y se lo presenta como una “anécdota burocrática”. Pero en redes sociales y círculos opositores, la imposibilidad de votarse a sí misma se convirtió en símbolo de una candidatura sin raíces bonaerenses.
Campaña sin boleta propia
Mientras tanto, Reichardt continúa con su campaña en el conurbano, acompañada por Javier Milei y Diego Santilli. En actos recientes, se mostró confiada y apeló al voto “por el cambio profundo”, aunque ella misma no podrá marcar su nombre en la Boleta Única Papel.
La paradoja está servida: una candidata que pide el voto en Buenos Aires, pero vota en Palermo. En tiempos de polarización y territorialidad política, el caso Reichardt expone las tensiones entre imagen, estrategia y arraigo.