Axel Kicillof acelera el armado de Movimiento al Futuro, pero la tensión con La Cámpora y la pelea por el cronograma electoral amenazan con fracturar Unión por la Patria. ¿Habrá unidad o ruptura en el corazón del peronismo?
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, intensifica el despliegue de su espacio político, Movimiento al Futuro, consolidando su estrategia electoral de cara a las elecciones legislativas de 2025. Sin embargo, la interna peronista sigue marcada por fricciones con La Cámpora, liderada por Máximo Kirchner, y aunque ambos sectores insisten en la necesidad de unidad dentro de Unión por la Patria, las señales de distensión son escasas. La discusión sobre el cronograma electoral y las listas legislativas añade más leña al fuego en un escenario donde la ruptura parece una posibilidad cada vez más tangible.
Movimiento al Futuro: Kicillof busca mostrar músculo político
Ayer, durante un acto en Quilmes, Kicillof dio un nuevo impulso a Movimiento al Futuro, un espacio que busca consolidar su liderazgo en el peronismo bonaerense y proyectarlo como una alternativa de cara a 2027. El evento, respaldado por 42 intendentes, sectores de la CGT, las dos CTA y figuras como Hugo Yasky, Daniel Gollán y Victoria Tolosa Paz, sirvió para reforzar el mensaje de resistencia frente a las políticas del gobierno nacional de Javier Milei.
El próximo hito está marcado para el 24 de mayo en el camping de UPCN en Arana, La Plata, donde Kicillof planea un acto masivo para relanzar oficialmente Movimiento al Futuro. Este evento, que busca replicar el impacto del plenario “La Patria no se vende” de Florencio Varela en 2024, será una demostración de fuerza en medio de la disputa por el armado de las listas legislativas. La fecha no es casual: coincide con un momento clave para definir candidaturas antes del cierre de listas, estipulado para el 8 de agosto.
El gobernador, que no será candidato en estas elecciones, ha enfatizado que su objetivo es “militar con la misma intensidad” tanto en los comicios provinciales del 7 de septiembre como en los nacionales del 27 de octubre. Sin embargo, su decisión de desdoblar las elecciones ha generado fuertes críticas desde el kirchnerismo, profundizando la grieta interna.
La tensión con La Cámpora: un diálogo roto
La relación entre Kicillof y La Cámpora atraviesa uno de sus peores momentos. Las diferencias se agudizaron tras la decisión del gobernador de desdoblar los comicios, una jugada que Cristina Kirchner calificó como “un error político” y que, según sectores cercanos a La Cámpora, “rompe la posibilidad de unidad”.
El conflicto escaló cuando el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, acusó a legisladores de La Cámpora de “extorsionar” a Kicillof al bloquear una iniciativa para ampliar los plazos de la Ley Electoral 5109, que regula la presentación de alianzas y listas. La respuesta no se hizo esperar: el jefe del bloque de Unión por la Patria en Diputados, Facundo Tignanelli, acusó a Larroque de buscar “la ruptura” del peronismo.
Otro punto de fricción es la posible candidatura de Cristina Kirchner como diputada provincial por la Tercera Sección Electoral, una región clave con casi 5 millones de electores. Durante el acto en Quilmes, un pasacalles con la leyenda “Cristina 2025” alimentó las especulaciones sobre su postulación, una estrategia que La Cámpora impulsa como un “reaseguro” para cuidar los votos peronistas frente a un eventual avance de La Libertad Avanza.
El cronograma electoral: una pulseada sin resolución
El cronograma electoral sigue siendo un campo de batalla. Kicillof logró que la Legislatura suspendiera las PASO en la provincia, pero no pudo avanzar en la modificación de los plazos electorales, un revés que atribuye a la obstrucción de La Cámpora. La Junta Electoral bonaerense reclama ahora que se ajusten los plazos de la Ley 5109, dejando la pelota en manos de los legisladores.
Mientras tanto, el desdoblamiento de las elecciones, oficializado por el Decreto 639/2025, ha generado críticas no solo desde el kirchnerismo, sino también desde sectores como el massismo, que ven en esta decisión un obstáculo para la unidad peronista. La vicegobernadora Verónica Magario, que mantiene un diálogo intermitente con Cristina Kirchner, aparece como un puente entre ambos sectores, pero su rol no ha sido suficiente para desactivar las tensiones.
Unidad en el discurso, fractura en los hechos
Tanto Kicillof como La Cámpora insisten en la necesidad de un frente amplio para enfrentar a Milei, pero las acciones de ambos sectores sugieren que la unidad es más un deseo que una realidad. En el entorno del gobernador, aseguran que el desdoblamiento busca “garantizar un proceso electoral ordenado” frente a la implementación de la boleta única a nivel nacional. Sin embargo, en el cristinismo lo interpretan como una jugada para consolidar el liderazgo de Kicillof a costa del proyecto nacional.
El exministro Juan Zabaleta, alineado con el kicillofismo, fue contundente al señalar que “no hay que hablar más de una unidad que no existe” y acusó a La Cámpora de tener a los bonaerenses “de rehenes” al bloquear iniciativas clave como el presupuesto 2025.
Un futuro incierto para el peronismo bonaerense
A medida que se acerca el cierre de listas, el peronismo bonaerense se encuentra en una encrucijada. Kicillof apuesta a fortalecer Movimiento al Futuro como un espacio capaz de aglutinar a intendentes, gremios y sectores sociales, mientras La Cámpora redobla su despliegue en municipios clave como La Matanza y Avellaneda, donde figuras como Emmanuel González Santalla trabajan en el armado de “Avellaneda con Cristina”.
El acto del 24 de mayo será un termómetro para medir el poder de fuego de Kicillof, pero también un reflejo de las divisiones internas. Si no hay avances en la negociación de las listas, la ruptura de Unión por la Patria podría materializarse, dejando al peronismo bonaerense fragmentado frente a un escenario electoral donde La Libertad Avanza y el PRO ya preparan su desembarco.
En este contexto, la Tercera Sección Electoral, con su peso demográfico, será el epicentro de la disputa. La posible candidatura de Cristina Kirchner, combinada con el despliegue de Movimiento al Futuro, definirá si el peronismo logra recomponerse o si, por el contrario, la interna se transforma en una guerra abierta que beneficie a sus adversarios.