El gobernador bonaerense será el principal orador del acto del 20 de octubre junto a Moyano y Daer. La central obrera despliega su músculo territorial en el conurbano para blindar a Fuerza Patria ante la ofensiva liberal y las tensiones internas del peronismo.
Axel Kicillof encabezará el próximo 20 de octubre en La Plata el acto de cierre del operativo territorial de la CGT, en lo que se perfila como la mayor demostración de fuerza sindical en apoyo a Fuerza Patria antes de las elecciones legislativas del 26. El evento, que reunirá a la conducción cegetista —con Hugo Moyano, Héctor Daer y “Huguito” Moyano como figuras centrales— será el broche de oro de una campaña que apostó al músculo gremial para resistir el avance de Javier Milei y su reforma laboral.
La actividad se desarrollará en el marco de una jornada con fuerte contenido político y simbólico, que incluirá la imposición del nombre de José Ignacio Rucci a una calle platense. Pero más allá del homenaje, el acto funcionará como una señal clara de alineamiento entre el gobernador y el movimiento obrero, que se convirtió en su principal aliado frente a la ofensiva liberal y las turbulencias internas del peronismo.
Desembarco territorial en el conurbano
La CGT desplegó en las últimas semanas un operativo territorial en los principales distritos del conurbano bonaerense, con recorridas, plenarios y actos en fábricas, sindicatos y espacios públicos. El objetivo: consolidar el voto obrero, blindar el Congreso y frenar la reforma laboral que impulsa Milei, que busca eliminar indemnizaciones, flexibilizar convenios y debilitar la negociación colectiva.
El cierre en La Plata será la síntesis de ese despliegue, con Kicillof como principal orador y la presencia de candidatos de Fuerza Patria, como Sergio Palazzo y Oscar de Isasi. El mensaje será claro: “Con los trabajadores no se negocia”, en un intento por reforzar la identidad peronista y sindical frente a las propuestas de ajuste del oficialismo nacional.
Tensión interna y reconfiguración post 26-O
El acto también funcionará como una plataforma de relanzamiento para el peronismo bonaerense, que busca posicionarse como contrapeso territorial frente a las tensiones internas que se reactivarán tras las elecciones. La alianza entre Kicillof y la CGT se consolida como una base de poder que podría disputar la conducción del espacio nacional, en un escenario donde las diferencias entre gobernadores, intendentes y dirigentes sindicales volverán a escena.
En ese marco, el respaldo gremial no solo fortalece la campaña, sino que también prepara el terreno para la pulseada interna que se avecina. El 20 de octubre, La Plata será mucho más que un cierre de campaña: será el epicentro de una estrategia que combina territorio, identidad y resistencia.