Lunes 12 de mayo de 2025
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Kicillof evalúa firmar un decreto explosivo para frenar las PASO

En una movida de ajedrez político, el gobernador evalúa una medida de fuerza para suspender las primarias, mientras el kirchnerismo lo desafía con elecciones concurrentes. La sesión especial del martes promete un duelo político que puede cambiar el rumbo de Buenos Aires.

La interna del peronismo bonaerense alcanzó un punto de ebullición esta semana, con el gobernador Axel Kicillof evaluando un «decreto de fuerza mayor» como última carta para suspender las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, la vicegobernadora Verónica Magario dio curso a un pedido de sesión especial solicitado por la oposición para el martes 15 de abril, donde se debatirá, entre otros, el proyecto del Ejecutivo para eliminar las primarias.

Sin embargo, el kirchnerismo, liderado por Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner, insiste en condicionar esa suspensión a la realización de elecciones concurrentes con las nacionales del 26 de octubre, profundizando la fractura interna.

Una jugada de alto riesgo

El rumor de un decreto de fuerza mayor comenzó a circular con fuerza tras el estancamiento en las negociaciones legislativas. Según fuentes cercanas al Ejecutivo provincial, Kicillof considera esta medida como un recurso extremo para evitar lo que califica como un «caos electoral» si las PASO, previstas para el 13 de julio, se mantienen. La decisión responde a la falta de consenso en el Senado, donde el oficialismo no logra alinear a los 17 senadores kirchneristas de Unión por la Patria (UxP), liderados por María Teresa García, con su propuesta de desdoblar los comicios provinciales y suspender las primarias.

El viernes, Kicillof reunió a más de 40 intendentes en La Plata para consolidar su respaldo político. En un encuentro cargado de simbolismo, los jefes comunales firmaron un comunicado apoyando el desdoblamiento electoral y rechazando las elecciones concurrentes. «No hay forma de dar marcha atrás», afirmó un intendente del conurbano, reflejando la postura inflexible del «axelismo». Sin embargo, la resistencia del kirchnerismo, que controla la mayoría del bloque de UxP en el Senado, pone en jaque los planes del gobernador.

Magario en el centro de la tormenta

La vicegobernadora Verónica Magario, presidenta del Senado, quedó en una posición delicada al habilitar la sesión especial pedida por la oposición (UCR, PRO, Cambio Federal, Libertad Avanza y Derecha Popular). La inclusión del proyecto del Ejecutivo en el temario parecía acercar a Kicillof a su objetivo, pero el kirchnerismo aprovechó la oportunidad para insistir con su propia iniciativa. La senadora María Teresa García presentó un proyecto que no solo suspende las PASO, sino que obliga a unificar los comicios con los nacionales, una propuesta que el Ejecutivo considera «inviable» por cuestiones logísticas y políticas.

«Esto es un golpe institucional», denunció un legislador cercano a Kicillof, apuntando a la maniobra kirchnerista. Desde el entorno de Cristina Kirchner, en cambio, argumentan que el desdoblamiento debilita la estrategia nacional del peronismo frente al gobierno de Javier Milei. «Una sola elección, un solo mensaje», reza el lema de los intendentes y dirigentes alineados con el PJ, que ven en la concurrencia una oportunidad para concentrar fuerzas contra el oficialismo nacional.

La oposición, un actor clave

La oposición, aunque fragmentada, se convirtió en un factor decisivo. Los bloques de la UCR, PRO y Libertad Avanza acordaron respaldar la suspensión de las PASO, pero su apoyo no está garantizado si el kirchnerismo logra imponer su proyecto de elecciones concurrentes. «Estamos dispuestos a votar la suspensión, pero no a avalar maniobras que beneficien a un sector del peronismo sobre otro», advirtió un senador de la UCR. Este equilibrio inestable coloca a Kicillof en una posición de dependencia respecto de fuerzas que, en otros contextos, han sido sus adversarios.

Los números detrás de la disputa

Desde mi experiencia en análisis de encuestas, vale destacar que la pelea por el calendario electoral no es solo una cuestión de poder interno, sino también de estrategia frente a la opinión pública. Según sondeos recientes, el 62% de los bonaerenses prefiere votar una sola vez en el año para evitar el desgaste de múltiples comicios, lo que da cierto respaldo a la postura kirchnerista. Sin embargo, Kicillof mantiene una imagen positiva del 48% en la provincia, superior a la de otros referentes peronistas, lo que le otorga margen para jugadas audaces como el decreto.

El impacto electoral de esta disputa es incierto. Si las PASO se mantienen, una interna abierta entre Kicillof y el kirchnerismo –con rumores de Cristina como candidata a diputada provincial– podría fragmentar el voto peronista, beneficiando a las fuerzas de Milei. Por el contrario, un desdoblamiento exitoso fortalecería al gobernador como líder de un peronismo renovado, pero a costa de una ruptura definitiva con el PJ tradicional.

Un desenlace incierto

A horas de la sesión especial, la provincia contiene el aliento. Si el Senado no aprueba la suspensión de las PASO sin condiciones, Kicillof podría firmar el decreto de fuerza mayor, desatando una batalla judicial con el kirchnerismo, que ya advirtió sobre la «inconstitucionalidad» de esa vía. La pulseada no solo definirá el calendario electoral, sino también el futuro del peronismo bonaerense, con Kicillof y Cristina en veredas opuestas.

Mientras La Plata se prepara para un martes de alta tensión, la ciudadanía observa un espectáculo político donde la unidad, tantas veces pregonada, parece más lejana que nunca.

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