Miércoles 23 de julio de 2025
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Kicillof logró protagonismo, pero el poder lo retuvo Cristina

La interna peronista en la provincia de Buenos Aires terminó con un cierre de listas que dejó heridos, sobre todo en el sector más combativo del kicillofismo. Intendentes, ministros y sindicalistas que apostaron fuerte por Axel Kicillof no lograron colar candidatos propios en puestos expectables y ahora reclaman una “compensación” en el armado del gabinete y en el Congreso.

El gobernador bonaerense logró ubicarse como una figura central en el reordenamiento del espacio, imponiendo nombres como Verónica Magario en la Tercera sección y Gabriel Katopodis en la Primera. Sin embargo, el control numérico quedó en manos del sector más cercano a Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora, que se alzó con la mayoría de los lugares con chances reales de ingreso.

Intendentes sin premios: el descontento crece

Uno de los sectores más perjudicados fue el de los intendentes que forman parte del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), una línea dura que respaldó abiertamente al gobernador. Entre ellos, Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), que fueron los primeros en cuestionar abiertamente el liderazgo de Máximo Kirchner, no lograron colocar legisladores propios. Ferraresi apenas consiguió el noveno lugar en la lista para su candidata, Romina Barreiro, en una sección donde el piso electoral deja poco margen de ingreso.

Secco, por su parte, no logró retener siquiera la banca de la diputada Susana González. En diciembre, su representación legislativa será menor a la actual. Tampoco hubo espacio para los gremios alineados con Kicillof. La UOM, por ejemplo, perderá la banca de Naldo Brunelli.

La interna también golpeó a ministros del gobernador

Los ministros Andrés Larroque y Carlos Bianco, ambos identificados con el ala dura del kicillofismo, quedaron en una situación incómoda tras el cierre. En el entorno del gobernador hablan de una negociación desigual: “No fue mitad y mitad como se venía discutiendo. Al acuerdo se lo robaron”, confió una fuente cercana. Trascendió que a Larroque le decían «el Cuervo Dan», en referencia a la cara visible de Las Fuerzas del Cielo que también se quedó con las manos vacías.

La bronca se centra ahora en dos frentes: la falta de cargos en las listas y la sobre-representación de La Cámpora en el aparato estatal bonaerense. En el entorno de Kicillof advierten que el cristinismo controla no solo ministerios clave —como Justicia, Cultura, Ambiente, Salud, IPS e IOMA—, sino también una extensa red de cargos medios y bajos. Se estima que el camporismo ocupa más de 500 puestos dentro del gobierno provincial.

El reparto en las secciones electorales

En la Tercera sección, donde se concentra el grueso del electorado bonaerense, la lista quedó dominada por figuras del cristinismo. Magario irá al frente, seguida por el camporista Facundo Tignanelli y Mayra Mendoza. También se colaron Mariano Cascallares y Jorge Galván. Recién en el noveno lugar aparece una figura cercana al gobernador.

En el interior, las tensiones no fueron menores. En la Sexta sección, por ejemplo, Ricardo Moccero, intendente de Coronel Suárez, fue muy crítico con el cierre: “Máximo siempre ninguneó a Kicillof. La unidad con La Cámpora no sirve porque imponen a sus candidatos”, dijo. La lista allí también quedó en manos del kirchnerismo: Alejandro Dichiara y Maite Alavado ocuparán los dos primeros lugares.

Federico Susbielles, intendente de Bahía Blanca y aliado del gobernador, tampoco pudo imponer a su jefe de gabinete en la nómina.

Cristina gana volumen, Kicillof presencia

La expresidenta no fue candidata, pero su sector logró 14 de los 29 lugares “entrables” en las listas de Fuerza Patria. La Cámpora y sus aliados encabezarán las listas en cinco de las ocho secciones electorales. En cambio, Kicillof debió conformarse con nueve lugares y el Frente Renovador de Sergio Massa retuvo seis, una cifra inferior a lo que aspiraba en el arranque.

La pulseada más áspera se dio el sábado previo al cierre, cuando Cristina llamó personalmente al gobernador para vetar a Magario como primera candidata y pedir que ese lugar lo ocupara Mayra Mendoza. Kicillof resistió y logró mantener su decisión, aunque tuvo que ceder en otros espacios.

Cristina, pese a su imposibilidad legal de participar activamente en la campaña, ordenó preservar la unidad y sostuvo negociaciones hasta el último minuto para evitar una fractura en el armado electoral. En La Plata, el camporista Ariel Archanco encabezará la lista de la Octava sección.

Kicillof: el rol del protagonista en una estructura ajena

Aunque plantó bandera y logró disputar espacios de poder, Kicillof enfrenta una paradoja: ganó autonomía y liderazgo interno, pero perdió en el reparto. En el entorno del gobernador destacan que “jugó con jugadores prestados”, es decir, armó sus listas con dirigentes que le responden a intendentes del MDF más que a él directamente.

A pesar del descontento, ni los intendentes ni los gremios rompieron filas. Ahora, las fichas están puestas en dos espacios para recuperar terreno: el armado del gabinete provincial y el cierre de listas nacionales previsto para el 27 de agosto.

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