La Provincia detectó miles de viviendas de alto poder adquisitivo que mantenían la tarifa social. Desde enero de 2026 deberán reinscribirse quienes quieran conservar el beneficio.
El gobierno de Axel Kicillof anunció un cambio profundo en el esquema de subsidios energéticos: casi 80 mil usuarios que viven en barrios cerrados perderán la tarifa social a partir de enero de 2026. La medida fue confirmada por el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, en conferencia de prensa, y forma parte de una readecuación provincial frente al nuevo modelo de subsidios que implementará la Secretaría de Energía de la Nación.
Según detalló Bianco, la administración bonaerense detectó que miles de hogares de alto poder adquisitivo —ubicados en countries y urbanizaciones cerradas— seguían recibiendo un beneficio destinado a sectores vulnerables. En total, son 79.500 usuarios, de los cuales casi 70 mil están en el Gran Buenos Aires y el resto en el interior provincial
La lupa sobre los barrios cerrados: quiénes pierden el beneficio
La decisión se apoya en un criterio que la Provincia considera “de justicia distributiva”: las viviendas en barrios cerrados no podrán acceder a la tarifa social bajo ningún concepto. El recorte abarca tanto a usuarios que ya estaban categorizados como beneficiarios como a quienes pretendan solicitarlo en el futuro.
El gobierno bonaerense sostiene que el objetivo es corregir distorsiones históricas en el padrón energético, donde convivían hogares de ingresos bajos con propiedades valuadas en cientos de miles de dólares que, por fallas en el sistema de segmentación, seguían pagando tarifas subsidiada.
Reinscripción obligatoria: qué deben hacer los sectores vulnerables
Mientras se elimina la tarifa social en barrios cerrados, la Provincia anunció que los usuarios de menores ingresos deberán reinscribirse en enero de 2026 en el padrón del Organismo de Control de Energía Eléctrica (OCEBA) para mantener el beneficio.
El nuevo esquema nacional —que reemplazará la segmentación N1, N2 y N3 por un modelo binario de “hogares con y sin subsidios”— obliga a las provincias a recalibrar sus propios sistemas. En ese marco, Buenos Aires busca evitar que los cambios nacionales impacten de lleno en los sectores más vulnerables.


