Mientras lidera una ofensiva territorial en la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof busca asegurar representación nacional para su espacio político en medio de tensiones internas. La candidatura de Gabriel Katopodis al Senado y la posible salida de Alberto Sileoni anticipan una reconfiguración del gabinete, con nombres como Alberto Descalzo y Jorge Ferraresi en danza.
Axel Kicillof entró de lleno en modo campaña. Con el calendario electoral marcando el 7 de septiembre como fecha clave, el gobernador bonaerense despliega una estrategia territorial intensa, articulando recorridas “puerta a puerta” junto a intendentes y referentes del peronismo. El objetivo es claro: frenar el avance de Javier Milei y consolidar el poder legislativo en la provincia.
Pero la campaña no se limita al plano provincial. Kicillof también libra una batalla silenciosa por la lista de diputados nacionales, buscando asegurar al menos cuatro lugares entre los primeros quince para su espacio político, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF). La tensión escaló con la amenaza de Juan Grabois de presentar una oferta electoral alternativa si no encabeza la nómina, lo que obligó a negociaciones contrarreloj para evitar una fractura.
En paralelo, se anticipan movimientos en el gabinete provincial. El ministro de Infraestructura, Gabriel Katopodis, encabeza la lista de senadores por la Primera sección electoral, lo que abre la puerta a su salida del Ejecutivo. En su entorno dan por hecho que asumirá su banca en diciembre, y ya se barajan nombres para su reemplazo: Alberto Descalzo, exintendente de Ituzaingó, y Jorge Ferraresi, actual intendente de Avellaneda, suenan como posibles sucesores.
También se menciona la salida de Alberto Sileoni, Director General de Cultura y Educación, en el marco de una “apertura en lugares del gobierno” que Kicillof viene diseñando junto a su ministro de Gobierno, Carlos Bianco. La lógica es clara: si el MDF cede lugares en las listas, se compensará con espacios en el Ejecutivo.
La campaña bonaerense se juega en dos tableros: el territorial, con foco en gestión y cercanía vecinal, y el político, con negociaciones internas que buscan blindar la representación del oficialismo en el Congreso. Kicillof, con su estilo frontal, apuesta a liderar ambos frentes, consciente de que el resultado electoral definirá no solo el futuro de su espacio, sino también el equilibrio de poder en la provincia más poblada del país.