Martes 17 de junio de 2025
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Axel Kicillof, Victoria Villarruel y Jorge Macri, unidos en la despedida al papa Francisco en Buenos Aires

Kicillof, Villarruel y Macri: Encuentro político en un contexto de duelo por el Papa Francisco

En un hecho sin precedentes, Axel Kicillof, Victoria Villarruel y Jorge Macri se unieron en la Catedral Metropolitana para despedir al papa Francisco junto a miles de fieles. El arzobispo García Cuerva conmovió con un mensaje de reconciliación, mientras el Obelisco se prepara para honrar al pontífice argentino. Descubre los detalles de una jornada que marcó a la Argentina.

En un hecho que trascendió las diferencias políticas, la Catedral Metropolitana de Buenos Aires se convirtió este sábado 26 de abril de 2025 en el epicentro de una emotiva despedida al papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años. La misa exequial, presidida por el arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva, reunió a miles de fieles y a figuras clave de la política argentina, entre ellas el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, la vicepresidenta Victoria Villarruel y el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. Junto a ellos, ministros y funcionarios acompañaron un momento de unidad y reflexión, mientras el Obelisco se prepara para rendir su propio homenaje al pontífice argentino.

Un encuentro político en un contexto de duelo

La presencia de Kicillof, Villarruel y Macri en la Catedral Metropolitana no pasó desapercibida. Representantes de fuerzas políticas que rara vez coinciden en un mismo espacio —el peronismo, La Libertad Avanza y el PRO—, compartieron las escalinatas del templo en un gesto que simbolizó la trascendencia del legado de Jorge Bergoglio. Kicillof, acompañado por parte de su gabinete, como el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, la Jefa de Asesores Cristina Alvarez Rodríguez y la ministra de Hábitat y Desarrollo Urbano, Silvina Batakis, destacó en su mensaje posterior a la ceremonia la importancia de Francisco como “referencia mundial de justicia social”. Villarruel, por su parte, asistió junto al senador Alfredo De Angeli, mientras que Macri estuvo acompañado por la vicejefa de Gobierno, Clara Muzzio, y la diputada María Eugenia Vidal.

El encuentro, que comenzó a las 10 de la mañana, se desarrolló en un clima de recogimiento, con miles de personas congregadas en la Plaza de Mayo. La ceremonia, transmitida por pantallas gigantes instaladas en las calles aledañas, permitió que los fieles que no pudieron ingresar al templo siguieran de cerca las palabras del arzobispo. Sin embargo, la transmisión de la TV Pública omitió mostrar a los líderes políticos, un detalle que generó comentarios en redes sociales.

El mensaje de García Cuerva: un llamado a la reconciliación

El arzobispo Jorge García Cuerva, cercano a Bergoglio durante su tiempo como arzobispo de Buenos Aires, conmovió a los presentes con una homilía cargada de emotividad y un claro mensaje de unidad. “Hoy lloramos porque se murió el padre de todos, el padre de toda la humanidad”, expresó, citando un tango de Carlos Gardel para reflejar el dolor colectivo: “Lloramos porque ya lo extrañamos mucho y no queremos que nos pase lo que cantaba Gardel, ‘las lágrimas taimadas se niegan a brotar y no tengo el consuelo de poder llorar’”.

García Cuerva recordó las palabras de Francisco sobre la importancia de aprender a llorar ante las injusticias: “¿Yo aprendí a llorar cuando veo un niño con hambre, un niño drogado en la calle, un niño abandonado, abusado, usado por una sociedad como esclavo?”. Invitó a los argentinos a hacer un “pacto de amor” inspirado en el pontífice, evocando el histórico Pacto de San José de Flores de 1859, que marcó la reconciliación entre Buenos Aires y la Confederación Argentina. “Hagámosle el mejor de los regalos al papa argentino, comprometiéndonos a concretar su magisterio y darnos el abrazo que necesitamos”, concluyó, generando aplausos entre los presentes.

Una multitud en Plaza de Mayo y el homenaje en el Obelisco

Desde temprano, la Plaza de Mayo se llenó de fieles que llegaban con banderas argentinas, rosarios y estampas de Francisco. La Catedral Metropolitana, donde Bergoglio ofició como arzobispo entre 1998 y 2013, se convirtió en un símbolo de su legado. Más de 150 copones fueron preparados para la comunión, y las campanas del templo resonaron cada media hora, marcando el ritmo de una jornada de duelo y esperanza.

Tras la misa, los fieles participaron en un abrazo simbólico a la Plaza de Mayo y en una peregrinación titulada “Pacto de amor a Francisco”, que recorrió lugares significativos de la labor pastoral de Bergoglio, como la Casa Mama Antula, los hospitales Borda y Rawson, y la parroquia Virgen de Caacupé. A su vez, se anunció que el Obelisco de Buenos Aires será iluminado esta noche con los colores de la bandera argentina y del Vaticano, en un gesto que busca perpetuar la memoria del papa porteño.

La política se une en el adiós a Francisco

La presencia de Kicillof, Villarruel y Macri reflejó la capacidad de Francisco para trascender las grietas políticas. Kicillof, quien ya había destacado el rol del papa como defensor de los más necesitados, asistió a la ceremonia tras participar en una vigilia en la Catedral la noche anterior. Villarruel, que días antes enfrentó abucheos en una misa en Flores, mantuvo un perfil sereno y saludó a Kicillof en un gesto que captó la atención de los medios. Macri, por su parte, publicó una carta en redes sociales: “Más allá de la fe que profesemos, el legado de Francisco trasciende lo religioso. Despedimos a un porteño común que se convirtió en un líder extraordinario”.

Otros dirigentes, como el diputado Leandro Santoro, el legislador Maximiliano Ferraro y el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, también estuvieron presentes, sumándose a un arco político que incluyó desde el peronismo hasta el PRO. La ausencia de representantes directos del gobierno nacional, encabezado por Javier Milei, fue notoria, aunque el presidente participó del funeral en el Vaticano junto a su hermana Karina Milei y otros funcionarios.

Un legado que perdura

La misa en la Catedral Metropolitana no solo fue un adiós al papa Francisco, sino una reafirmación de su mensaje de humildad, justicia social y fraternidad. Mientras Buenos Aires llora a su “padre de todos”, como lo llamó García Cuerva, la ciudad se prepara para seguir honrando su memoria. El Obelisco, testigo de innumerables momentos históricos, se sumará esta noche al homenaje, recordando al mundo que Jorge Bergoglio, el papa porteño, dejó una huella imborrable en Argentina y más allá.

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