Jueves 1 de mayo de 2025
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La CGT coronó la marcha del Día del Trabajador con una cumbre junto a Kicillof

La Confederación General del Trabajo llenó las calles de Buenos Aires en una poderosa movilización por el Día del Trabajador, pero el verdadero impacto llegó en Azopardo: una reunión con Axel Kicillof que marca un giro en la interna peronista y pone en jaque el liderazgo de Cristina Kirchner. ¿Qué se viene en el PJ?

En una jornada marcada por la movilización y la tensión política, la Confederación General del Trabajo (CGT) protagonizó este miércoles una masiva marcha por el Día del Trabajador en la Ciudad de Buenos Aires, que culminó con un encuentro de alto voltaje en su histórica sede de la calle Azopardo.

Allí, los líderes sindicales, encabezados por Héctor Daer, Octavio Argüello y Carlos Acuña, recibieron al gobernador bonaerense Axel Kicillof, en una reunión que no solo reafirmó la alianza entre la central obrera y el peronismo, sino que envió una clara señal en medio de la interna del Partido Justicialista (PJ), donde Kicillof se consolida como un actor de peso frente a Cristina Fernández de Kirchner.

Una marcha con reclamos y tensiones

La movilización, que comenzó a las 14 horas en la intersección de Avenida Independencia y Lima, avanzó por el corazón de San Telmo y Monserrat hasta el Monumento al Trabajo, en Independencia y Paseo Colón. Miles de trabajadores, acompañados por las dos CTA, la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y sectores políticos afines, alzaron la voz contra las políticas de ajuste del gobierno de Javier Milei. Los reclamos incluyeron paritarias libres, la homologación de convenios colectivos, aumentos de emergencia para jubilados y el rechazo a las reformas laborales impulsadas por el Ejecutivo.

Sin embargo, la jornada no estuvo exenta de fricciones. En la previa, se registraron momentos de tensión entre manifestantes y la Policía en la intersección de Avenida 9 de Julio y Avenida Independencia, cuando las fuerzas de seguridad intentaron impedir el corte de la arteria. Además, las autoridades retuvieron 29 transportes que trasladaban manifestantes, argumentando infracciones viales, lo que generó críticas desde los gremios.

La cumbre en Azopardo: un mensaje político contundente

Tras la marcha, el Consejo Directivo de la CGT se trasladó a su sede en Azopardo 802, donde tuvo lugar el encuentro con Kicillof, una figura clave del peronismo que ha ganado protagonismo en los últimos meses. La reunión, que incluyó a referentes de las tres centrales sindicales, no solo sirvió para analizar el impacto de la movilización, sino también para consolidar el respaldo de la CGT al gobernador bonaerense en un contexto de fuerte disputa interna dentro del PJ.

La presencia de Kicillof en Azopardo fue interpretada como un respaldo explícito de los gremios a su liderazgo, en un momento en que su figura se contrapone a la de Cristina Kirchner. Fuentes sindicales aseguraron que, aunque la CGT mantiene vínculos con diversos sectores del peronismo, la foto con Kicillof refuerza su alineamiento con el “kicillofismo”, que busca reposicionarse como una alternativa dentro del espacio. Sin embargo, dirigentes como Sergio Palazzo (La Bancaria) y Omar Plaini (Canillitas), cercanos a Cristina, evitaron que el apoyo al gobernador fuera demasiado explícito, en un intento de no profundizar la fractura interna.

Durante el encuentro, los sindicalistas también rindieron un homenaje al fallecido Papa Francisco, una figura que ha sido referencia para los gremios por su defensa de los derechos de los trabajadores. Además, se espera que en las próximas horas la CGT difunda un documento oficial con los puntos centrales de la movilización y las demandas al gobierno nacional.

El contexto: una CGT en pie de guerra y una interna peronista al rojo vivo

La marcha de este 30 de abril, adelantada un día respecto al tradicional 1 de mayo, se inscribe en un plan de acción sostenido por la CGT contra las políticas de Milei. Tras tres paros nacionales y una escalada de tensiones con el gobierno, la central obrera busca mantener la presión en las calles mientras enfrenta sus propios desafíos internos, con una renovación de autoridades prevista para noviembre.

En paralelo, la cumbre con Kicillof llega en un momento de definiciones dentro del peronismo. El gobernador, que recientemente anunció el desdoblamiento de las elecciones bonaerenses de las nacionales, ha intensificado su desafío al kirchnerismo duro, liderado por Cristina Kirchner y Máximo Kirchner. Este movimiento, sumado al respaldo de la CGT, posiciona a Kicillof como un potencial líder de la oposición de cara a las elecciones de medio término.

Críticas desde el oficialismo

El gobierno no se mantuvo al margen de la movilización. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuestionó la decisión de la CGT de marchar un día antes del feriado, preguntándose: “¿Por qué no lo hacen el 1 de mayo?”. Además, desde el entorno presidencial se acusó a los gremios de “molestar al trabajador” y se insistió en la narrativa de la “casta sindical”. Estas declaraciones, lejos de apaciguar el conflicto, alimentaron la retórica de confrontación entre el Ejecutivo y la central obrera.

Un día para el análisis político

La marcha del Día del Trabajador y la posterior cumbre en Azopardo no solo reflejaron el malestar de los sindicatos ante la situación económica, sino que también marcaron un punto de inflexión en la reconfiguración del peronismo. Con Kicillof fortalecido y una CGT decidida a mantener su rol protagónico, el tablero político argentino suma un nuevo capítulo de tensiones y alianzas estratégicas.La CGT coronó la marcha del Día del Trabajador con una cumbre junto a Kicillof

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