Viernes 22 de agosto de 2025
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La confianza del consumidor cae a su nivel más bajo en un año: alerta para la economía

La confianza del consumidor en Argentina registró un desplome significativo durante la primera quincena de agosto de 2025, en medio de un contexto de incertidumbre económica y política que impacta en las decisiones de gasto de las familias. Según el último informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) cayó 13,9% respecto a julio, marcando uno de los retrocesos más pronunciados en el último año.

El informe, que recopiló encuestas entre el 1 y el 14 de agosto en 40 aglomerados urbanos del país, muestra además una caída interanual del 3,7%, alcanzando el nivel más bajo desde septiembre de 2024. La combinación de volatilidad financiera, inflación sostenida y un año electoral genera un clima de pesimismo creciente entre los argentinos.

Factores detrás del desplome

El CIF detalla que la caída de la confianza no es homogénea y responde a distintos componentes de la economía doméstica:

  • Expectativa de compra de bienes durables: retrocedió 15,2%, reflejando la cautela de los hogares frente a gastos mayores.
  • Percepción sobre la situación macroeconómica: cayó 13,7%, indicando una visión negativa del entorno financiero general.
  • Confianza personal: disminuyó 12,9%, mostrando la preocupación de las familias sobre su capacidad de afrontar gastos futuros.

El impacto no se limita a ciertos sectores: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) registró la caída más marcada del país, con un 21,48% mensual, un dato alarmante considerando que la capital suele liderar los niveles de confianza.

Hogares de menores ingresos, los más golpeados

El análisis también evidencia que los sectores de menores ingresos sufren de manera más intensa. La confianza en estos hogares cayó 18,33% respecto a julio, en comparación con una caída del 10,27% en los hogares de ingresos más altos. La brecha económica se profundiza y refleja la presión que la inflación y la incertidumbre ejercen sobre quienes destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo básico.

El impacto en el consumo ya se siente

El deterioro de la confianza tiene consecuencias directas en el consumo. Datos del INDEC muestran que las ventas en supermercados a precios constantes disminuyeron 8,4% en junio frente al mismo mes de 2024, aunque se observó una leve mejora mensual del 0,8%. La tendencia indica que las familias priorizan lo esencial y reducen gastos en bienes y servicios no indispensables.

Expectativas futuras: pesimismo persistente

Las proyecciones de los consumidores también reflejan desconfianza: las expectativas futuras retrocedieron 13,1% respecto a julio y 16,4% interanual, evidenciando que el pesimismo no se limita al presente, sino que se proyecta hacia los próximos meses. Según los especialistas, solo un repunte sostenido de los ingresos reales y una mejora en el mercado laboral podrían recuperar la confianza, aunque las señales de una recuperación rápida son limitadas y la incertidumbre podría extenderse hasta fin de año.

El panorama revela un doble desafío: los argentinos enfrentan no solo la presión de la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, sino también un clima de desconfianza que condiciona la economía doméstica. Para los analistas, revertir esta caída requerirá políticas económicas claras y sostenidas que generen previsibilidad, especialmente en un año marcado por la volatilidad política y financiera.

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