Lunes 27 de octubre de 2025
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La derrota que abrió heridas: el peronismo bonaerense y una interna que vuelve a crujir

La caída electoral de ayer no resolvió las tensiones dentro del oficialismo. Kicillof quedó solo en el escenario, mientras La Cámpora y los intendentes reacomodan sus fichas. El Movimiento Derecho al Futuro busca consolidarse, pero los jefes comunales marcan autonomía. ¿Quién conducirá el peronismo bonaerense en 2026?

La postal de ayer por la noche frente al Grand Brizo fue elocuente. Axel Kicillof, gobernador bonaerense, fue el único orador en un escenario montado para celebrar, pero que terminó siendo testigo de una derrota que nadie pudo maquillar. Detrás suyo, Máximo Kirchner, Julio Alak y los candidatos de Fuerza Patria —elegidos, según se comenta en los pasillos, por el dedo de Cristina Fernández— acompañaban en silencio. La imagen dejó expuesta la fractura interna que la elección de septiembre no logró suturar.

Las críticas a la estrategia de desdoblamiento electoral impulsada por Kicillof comenzaron a florecer apenas se conocieron los resultados. En el peronismo todos saben que la derrota no solo es numérica: es política, simbólica y estratégica. Y que reaviva la disputa entre el tándem Cristina-La Cámpora y el gobernador.

Intendentes en movimiento: autonomía, votos y poder territorial

Mientras el escenario central de ayer mostraba fisuras, en los márgenes del poder bonaerense se vienen tejiendo nuevas alianzas. Un grupo de intendentes —Federico Otermin (Lomas), Gastón Granados (Ezeiza), Federico Achaval (Pilar) y Nicolás Mantegazza (San Vicente)— mantuvo dos reuniones con Kicillof, primero en Pilar y luego en Ezeiza. El tema: la conducción futura del peronismo provincial.

Los jefes comunales le plantearon al gobernador que no responden a La Cámpora y que podrían articular con él, aunque sin sumarse formalmente al Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la fuerza que Kicillof intenta consolidar. La autonomía territorial se vuelve clave en este nuevo tablero.

Granados fue explícito anoche al festejar el triunfo en Ezeiza: “Esto es un mensaje para nuestros dirigentes nacionales (¿Cristina?) que tienen que entender que somos los intendentes quienes tenemos los votos”. La frase resonó como advertencia y como declaración de principios.

¿Quién conduce el peronismo bonaerense?

La pregunta que sobrevuela los pasillos del PJ bonaerense es quién tomará las riendas del espacio de cara a 2026. La derrota dejó a Kicillof en una posición incómoda: con poder institucional pero sin respaldo unánime. La Cámpora, por su parte, conserva estructura pero pierde terreno territorial. Y los intendentes, fortalecidos por sus resultados locales, reclaman protagonismo.

La interna está lejos de cerrarse. Y mientras no se resuelva, el peronismo bonaerense seguirá navegando entre tensiones, gestos y silencios. Sin conducción clara, sin estrategia común, y con una ciudadanía que empieza a mirar hacia otros horizontes.

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