El dato de inflación de mayo, publicado por el INDEC, reflejó una nueva desaceleración: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) marcó un 1,5%, mientras que la inflación interanual quedó en 43,5%, con una baja de 3,8 puntos respecto a abril.
Detrás de la cifra, economistas apuntan a un combo que ya se volvió marca registrada del gobierno: control sobre las paritarias, caída del consumo, dólar mayorista planchado y tarifazos administrados. Una estrategia que, si bien reduce el alza de precios, también posterga la reactivación económica.
Rubros que más subieron y bajaron
El rubro que más presión ejerció sobre el índice fue Comunicación, que registró un alza del 4,5%, impulsado por aumentos generalizados en servicios de telefonía, internet y cable. En los últimos doce meses, este ítem acumuló un incremento del 47,2%, por encima del promedio general.
Le siguió Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con una suba del 2,4%. En el área metropolitana, las tarifas de electricidad y gas aumentaron entre 2,3% y 2,5%. En tanto, el gobierno decidió limitar el ajuste del agua a solo un 1%, pese a que el cálculo oficial indicaba un incremento mayor.
Desde la consultora LCG, fundada por Martín Lousteau, destacan que con un dólar estable, los servicios volvieron a subir más que los bienes: 2,7% frente a 0,9%. Esta diferencia revela que, incluso con tarifas congeladas, la inflación núcleo sigue presente.
En contraposición, Alimentos y bebidas mostró una desaceleración significativa: subió apenas 0,5%, tras haber registrado aumentos de 2,9% en abril, 5,9% en marzo y 3,2% en febrero. Dentro del rubro, los precios de carnes se mantuvieron estables, mientras que frutas y verduras cayeron fuerte: 7,3% y 16,9% respectivamente.
El rubro Transporte bajó un 0,4%, arrastrado por una baja promedio del 4% en combustibles. Sin embargo, esa disminución se tradujo en una reducción efectiva del 2% en surtidores, según CECHA. Esta caída contrarrestó las subas en el transporte público del AMBA, que oscilaron entre 5,7% y 5,9%.
La receta oficial: controlar precios sin motorizar la economía
Para el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher, el gobierno ha optado por privilegiar la desaceleración de la inflación por encima de otros objetivos, como la acumulación de reservas. Esta estrategia se basa en mantener el dólar contenido, suspender aumentos de tarifas y frenar las negociaciones salariales.
El gobierno también recurrió a intervenciones en el mercado de futuros, presionó a empresas para evitar remarcaciones —como en el caso de una automotriz— y coordinó acciones con supermercados y cámaras empresarias para contener los precios.
“El consumo sigue planchado y eso es parte central de la estrategia para bajar la inflación”, advierte Letcher. Según CEPA, si se hubieran actualizado los ponderadores del IPC desde diciembre 2023, la inflación acumulada hasta hoy sería 10 puntos más alta.
Reservas, FMI y señales contradictorias
Los analistas también destacan que el gobierno resignó la meta de acumulación de reservas con el FMI, al optar por comprar dólares solo si el tipo de cambio cae al piso de la banda. La intención, dicen desde LCG, fue evitar que cualquier presión cambiaria se traduzca en inflación.
En paralelo, el Ejecutivo moderó subas de regulados como tarifas, combustibles y medicamentos. Y mantuvo a raya las paritarias, en un contexto donde la reactivación sigue sin aparecer en el horizonte.
¿Qué significa esto para el bolsillo en La Plata?
Aunque los niveles de inflación marcan una baja respecto a los meses previos, la sensación en la calle —incluida la región del Gran La Plata— es que el alivio no se refleja en el día a día. Con salarios por detrás de los precios, menos consumo en comercios locales y una economía sin señales de repunte sostenido, los números oficiales muestran una foto que todavía está lejos de la realidad cotidiana.