Lunes 16 de junio de 2025
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La nueva devaluación mensual del dolar oficial al 1%: Impactos en la economía

A partir de hoy, el Banco Central implementa una nueva modalidad en la devaluación del dólar oficial, con un ritmo de ajuste del 1% mensual. Este cambio se produce tras la desaceleración inflacionaria de los últimos meses y tiene como objetivo consolidar la tendencia de control de precios, aunque presenta tanto riesgos como oportunidades para la economía local.

Un ajuste más lento, pero con consecuencias complejas

Desde la devaluación de diciembre de 2023, el gobierno mantuvo un ritmo de devaluación mensual del 2%, por debajo de los índices de inflación, lo que llevó a una apreciación del peso de más del 40% durante el último año, un fenómeno que destacó a la moneda argentina como una de las que más se revalorizó en el mundo, según GMA Capital. Esta política, conocida como crawling peg, busca estabilizar el mercado cambiario y controlar la inflación, pero se ha visto que su efecto era más bien inercial, sin lograr reducir la inflación de manera efectiva.

Con el ajuste a un 1% mensual, el gobierno apuesta a una reducción más gradual del valor del dólar oficial, lo que podría tener efectos positivos a corto plazo. Sin embargo, también se abren interrogantes sobre sus repercusiones en el mediano plazo, particularmente en relación a la competitividad de la economía argentina y su posición frente a socios comerciales clave, como Brasil.

Impactos directos de la nueva medida

1. Posible desaceleración de la inflación

Uno de los efectos inmediatos de esta devaluación administrada podría ser una desaceleración en la inflación. Al ajustar el tipo de cambio oficial más lentamente, los bienes transables, que están directamente vinculados al dólar, incrementarán sus precios a un ritmo más pausado. Esto podría tener un impacto positivo sobre el costo de vida, al menos en el corto plazo.

2. Apreciación del peso y su impacto económico

La contracara de este ajuste es la posible apreciación adicional del peso. Si las expectativas de inflación, como las del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), se cumplen, el peso podría experimentar una revalorización de hasta un 2,8% adicional para junio de este año. Aunque esto puede mejorar el poder adquisitivo del peso frente a otras monedas, también podría generar problemas estructurales.

3. Pérdida de competitividad

La apreciación del peso podría profundizar la pérdida de competitividad de la economía argentina. El tipo de cambio real con Brasil, por ejemplo, alcanzó a fines de 2024 niveles mínimos de nueve años, lo que afecta la competitividad de sectores clave como la agricultura y la industria manufacturera. El informe de Morgan Stanley refuerza esta preocupación, señalando que una moneda más fuerte puede obstaculizar las exportaciones y generar presiones sobre las reservas internacionales.

4. Presiones sobre la cuenta corriente

La apreciación del peso también tiene efectos en la cuenta corriente del país, que ya enfrenta un déficit sostenido desde hace siete meses. Aunque los flujos provenientes de la amnistía fiscal han permitido al gobierno mantener cierta estabilidad, una reversión de estos ingresos podría generar problemas financieros, especialmente en un contexto internacional incierto. Según el Banco Mariva, las reservas podrían verse presionadas si esta situación persiste.

5. Desafíos para las negociaciones con el FMI

Finalmente, el nuevo esquema cambiario podría complicar las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien existen acuerdos en términos generales entre el gobierno y el organismo internacional, la política cambiaria es uno de los puntos de fricción más importantes. El presidente Javier Milei ha anticipado la necesidad de desembolsos rápidos para avanzar en la eliminación del cepo cambiario, pero el FMI aún no ve claro cómo se alineará la política cambiaria con los objetivos de estabilidad a largo plazo.

En conclusión, aunque el cambio en la devaluación podría aliviar algunos de los problemas inflacionarios inmediatos, las implicancias para la competitividad y las negociaciones internacionales siguen siendo inciertas. La medida abre un nuevo capítulo en la economía argentina, pero también plantea interrogantes sobre su viabilidad a largo plazo.

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