El fenómeno de ciclogénesis que azota al centro del país provocó intensas lluvias en La Plata, elevando el cauce de los arroyos urbanos. Aunque el volumen hídrico aumentó por la acumulación de precipitaciones, no se registraron desbordes ni evacuaciones. El sistema de drenaje, por ahora, responde.
La tormenta que desde el lunes golpea a gran parte de la provincia de Buenos Aires, con epicentro en el Área Metropolitana y La Plata, responde a un fenómeno de ciclogénesis que intensificó las lluvias y los vientos en la región. En la capital bonaerense, los acumulados de agua superaron los 50 milímetros en menos de 48 horas, generando preocupación en zonas históricamente vulnerables a inundaciones.
Sin embargo, hasta el momento, no se reportaron desbordes en los principales arroyos que atraviesan la ciudad —como el Arroyo del Gato, el Maldonado y el Regimiento—. Según fuentes del Servicio Meteorológico Nacional y reportes locales, el aumento del cauce responde a una lógica hidráulica: más lluvia, más volumen. Pero el sistema de canalización y drenaje, reforzado tras las inundaciones de 2013, parece estar funcionando dentro de los parámetros esperados.
Esta jornada sería el día más crítico, con ráfagas de viento que alcanzaron los 50 km/h y lluvias persistentes desde la madrugada. Las autoridades municipales activaron protocolos de monitoreo, pero no hubo necesidad de evacuaciones ni cortes masivos de calles.
En redes sociales, vecinos compartieron imágenes de los arroyos crecidos, pero sin desbordes, lo que generó alivio y también elogios al sistema de prevención.
Para el miércoles, se espera una mejora gradual en las condiciones meteorológicas, aunque se mantienen las alertas por posibles chaparrones aislados. El desafío será monitorear el comportamiento de los suelos saturados y evitar que nuevas lluvias generen complicaciones.