La profesional Valentina Martínez, recibida en la UNLP y con fuerte presencia en redes sociales, denunció que clonaron su voz y utilizaron su imagen sin consentimiento para estafas digitales.
Una grave denuncia vinculada al uso indebido de herramientas de inteligencia artificial (IA) sacudió a la comunidad digital de La Plata. Valentina Martínez, nutricionista egresada de la Universidad Nacional de La Plata y con más de 450 mil seguidores en Instagram, advirtió públicamente que su imagen está siendo utilizada de forma fraudulenta para comercializar recetarios apócrifos.
La maniobra fue detectada por la propia profesional, quien denunció que personas desconocidas están replicando sus videos, distorsionando su voz mediante IA y presentando material manipulado como si fueran contenidos originales. “Están lucrando con mi trabajo, con mi imagen. Es un robo que afecta directamente mi fuente de ingreso”, expresó con indignación desde sus redes.
Martínez explicó que su único canal oficial es el sitio nutricionvalentinamartinez.com y que el único número habilitado para consultas es el 221 307-8105. Además, pidió a sus seguidores que denuncien las publicaciones engañosas. “Las imágenes que circulan fueron alteradas. Si la voz no es la mía, por favor, denúncienlo”, insistió.
La nutricionista, que trabaja de forma independiente desde hace ocho años, remarcó que esta estafa no solo afecta su reputación, sino también su economía: “Me roban ventas todos los días. Estoy perdiendo trabajo por culpa de estafadores que confunden a la gente y utilizan herramientas digitales para engañar”.
En su descargo, señaló que los estafadores incluso afirman que ella misma les regaló los recetarios para que los revendan, algo completamente falso. Los videos engañosos muestran imágenes suyas manipuladas mediante IA, dificultando a los usuarios detectar el fraude a simple vista.
El caso vuelve a poner sobre la mesa los riesgos que enfrentan los generadores de contenido en un contexto donde la inteligencia artificial permite clonar voces e imágenes con extrema facilidad. En un ecosistema digital cada vez más complejo, la falta de regulación sobre el uso de estas herramientas expone a profesionales independientes, como Martínez, a situaciones de vulnerabilidad.
Este tipo de prácticas fraudulentas no solo genera pérdidas económicas, sino que también erosiona la confianza del público en los contenidos que circulan en redes sociales, un fenómeno que comienza a replicarse en distintos puntos del país.
