Martes 2 de septiembre de 2025
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La Plata y sus “islas de calor”: cómo la ciudad se calienta desde adentro

La ciudad de La Plata experimenta un fenómeno urbano cada vez más evidente: las llamadas islas de calor, áreas donde la temperatura supera la de sus alrededores por la concentración de asfalto, edificios y veredas, en lugar de vegetación. Este fenómeno, vinculado al crecimiento urbano y a los materiales utilizados en construcciones y pavimentos, genera desigualdades térmicas dentro de la propia ciudad.

Investigaciones de la Universidad Nacional de La Plata, basadas en técnicas de teledetección, confirman que la capital bonaerense atraviesa este proceso de manera significativa. A diferencia del calentamiento global, que afecta al planeta de manera general, las islas de calor son transformaciones locales, aunque comparten efectos similares: mayor consumo energético, riesgos para la salud y deterioro ambiental.

En contextos urbanos, la sustitución de áreas verdes por superficies artificiales puede aumentar la temperatura entre 5 y 10 °C respecto de zonas naturales. Mientras la vegetación regula el calor mediante evapotranspiración, los materiales de construcción absorben y almacenan radiación solar, intensificando la temperatura superficial. La Plata, integrada territorialmente con Berisso y Ensenada, concentra aproximadamente 1,6 % de la población argentina en 307.571 km², con coexistencia de industrias, actividades hortícolas y un flujo constante de personas y bienes.

La geógrafa María Inés Botana, directora del proyecto, explica que “la disparidad de los microclimas urbanos varía según la configuración espacial de la ciudad y los materiales de las edificaciones. Esto refleja cómo las decisiones de planificación territorial impactan directamente en el ambiente urbano”.

El estudio, realizado a través de imágenes satelitales Landsat (Colección 2, Earth Explorer), muestra que las zonas urbanas platenses presentan temperaturas más elevadas que las rurales cercanas. La teledetección permite además relacionar la temperatura superficial con el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI), evidenciando la función reguladora de la cobertura vegetal y su relevancia para planificar políticas ambientales.

Los resultados destacan diferencias marcadas entre el norte y el sur de La Plata, delimitados por la calle 138. En el norte, localidades como Gonnet, Gorina, City Bell, Villa Elisa y Arturo Seguí presentan áreas comerciales densas, veredas estrechas y escaso arbolado, aunque algunos barrios mantienen quintas y jardines privados. Al sur, la mezcla es más heterogénea: urbanizaciones cerradas, cavas, canteras y explotaciones hortícolas generan variaciones térmicas y de vegetación más notorias.

El análisis de temperatura superficial y NDVI confirma que los núcleos comerciales concentran las máximas temperaturas, mientras que las zonas verdes, incluidos clubes de campo y áreas hortícolas, mantienen valores más bajos. Esto evidencia de manera clara la capacidad de la vegetación para regular el calor urbano.

Botana concluye que “el fenómeno de isla de calor es un desafío real para La Plata y debe incorporarse en las políticas de ordenamiento territorial. Comprender el funcionamiento de los ecosistemas urbanos es esencial para diseñar estrategias que hagan la ciudad más sustentable y resiliente. La investigación demuestra que sólo articulando ciencia y política será posible armonizar desarrollo urbano con equilibrio ambiental”.

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