En un contexto de recesión económica y caída del consumo, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires resolvió frenar los aumentos en la tarifa de la Verificación Técnica Vehicular (VTV). La decisión, oficializada esta semana a través de la Resolución 163/25 del Ministerio de Transporte, congela los precios desde el 5 de abril y hasta fines de junio.
El acuerdo fue alcanzado entre la cartera provincial que conduce Jorge D’Onofrio y la Cámara Argentina de Verificadores de Automotores (CAVEA), que nuclea a las empresas concesionarias del servicio. El pacto, firmado a fines de marzo, suspendió por 90 días la suba que debía regir desde el 5 de abril, evitando así un nuevo ajuste para los usuarios.
Cómo se calcula la tarifa y por qué piden aumentos
La tarifa básica de la VTV para autos de hasta 2.500 kilos está atada al 7% del salario de un operario categoría 1 del sindicato SMATA. Este esquema permite a las empresas solicitar aumentos cada vez que se actualiza el salario de referencia.
Tras el último incremento aplicado en febrero, las concesionarias reclamaron una nueva actualización tarifaria alineada con los sueldos del sector. Sin embargo, el Gobierno provincial resolvió congelar los valores “para evitar un impacto negativo en los usuarios ante la situación de ajuste general por la que atraviesa la economía del país y, particularmente, la provincia”, según se expresa en la resolución oficial.
Qué pasará después de junio
El congelamiento tarifario se extenderá por 90 días, por lo que vencerá a fines de junio. Desde el sector empresario ya anticiparon que podrían solicitar una actualización a partir de julio. De ser así, el nuevo valor de la VTV comenzaría a regir en las próximas semanas, si la Provincia aprueba la suba.
Impacto en La Plata y la región
En La Plata, Berisso y Ensenada, donde miles de conductores deben realizar la VTV para circular legalmente, la decisión de congelar las tarifas representa un alivio temporal en medio de una economía en retracción. La medida llega en un momento en el que los platenses enfrentan subas en combustibles, repuestos y otros gastos asociados al mantenimiento del vehículo.
Además, muchos talleres de la región trabajan con turnos programados que dependen directamente del cumplimiento de este trámite obligatorio. Por eso, cualquier modificación en la tarifa impacta tanto en los usuarios como en los concesionarios.
