La ciudad de La Plata vivió este miércoles un nuevo episodio de tensión política. Seis sedes de la Unión Cívica Radical (UCR) fueron blanco de ataques vandálicos, un hecho que el partido calificó como un “ataque sistemático, coordinado y profundamente antidemocrático”.
Las pintadas con aerosol, que incluían consignas como “No jodan con CFK”, “V K” y “JP”, se registraron en los comités de la Segunda Sección (calle 4 entre 43 y 44), Tercera y Novena Sección (calle 7 entre 62 y 63), Quinta Sección (calle 25 y 60), Octava Sección (calle 47 entre 22 y 23), así como en la histórica Casa Radical Ricardo Balbín, sede de la Junta Central y de la Sección Primera (calle 48 entre 5 y 6).
El presidente de la UCR La Plata, Pablo Nicoletti, salió al cruce de estos actos con un enérgico repudio, señalando que no se trata de hechos aislados, sino de una escalada de violencia política que pone en riesgo los pilares de la democracia. “Repudio absoluto a la violencia. Hoy amaneció vandalizada la sede de la UCR La Plata. No es un hecho aislado: forma parte de una preocupante escalada de ataques contra espacios de militancia, historia y democracia”, expresó Nicoletti a través de sus redes sociales.
Un mensaje que apunta a Cristina Kirchner
Las pintadas, que aluden directamente a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), llegan en un contexto de alta tensión tras la confirmación de su condena a seis años de prisión en la causa Vialidad por parte de la Corte Suprema de Justicia. Este fallo, que marcó un hito en la política argentina, desató reacciones polarizadas, desde movilizaciones kirchneristas hasta pronunciamientos de sectores opositores. Las inscripciones como “No jodan con CFK” y las siglas “V K” y “JP” (en referencia al kirchnerismo y el peronismo) sugieren una respuesta violenta de sectores afines al peronismo, según la interpretación de la UCR.
Nicoletti vinculó estos ataques a un clima de intolerancia alimentado, según él, por el discurso agresivo del gobierno nacional y del presidente Javier Milei. “El gobierno nacional, y en particular el presidente Milei, viene promoviendo un discurso agresivo. Ese clima tiene consecuencias. Ahora, sectores del kirchnerismo intentan usar la condena a Cristina Kirchner como excusa para justificar nuevos actos vandálicos”, afirmó el dirigente radical.
Una escalada de violencia que preocupa
Los ataques en La Plata no son un hecho aislado en el panorama político reciente. En las últimas semanas, otros espacios políticos han denunciado agresiones similares. Por ejemplo, sedes de La Libertad Avanza (LLA) en Quilmes, Tigre y Mar del Plata fueron vandalizadas con pintadas a favor de CFK, según denunciaron referentes libertarios. Asimismo, el edificio de Radio Rivadavia fue atacado con consignas idénticas a las de La Plata, intensificando las alarmas sobre un posible recrudecimiento de la violencia política.
La UCR también recordó antecedentes recientes en su propio partido. En noviembre de 2024, el Comité Nacional en Buenos Aires sufrió dos ataques: uno con destrozos en oficinas y otro con el robo de fusibles que dejó la sede sin luz. Estos hechos fueron relacionados por el partido con tensiones políticas derivadas de críticas al gobierno de Milei, particularmente tras un enfrentamiento verbal entre el senador Martín Lousteau y la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE).
En Mendoza, la UCR también denunció actos vandálicos en su sede de Guaymallén y en un espacio de Franja Morada en la Universidad Nacional de Cuyo, con pintadas de apoyo a CFK. El presidente de la UCR mendocina, Andrés Lombardi, calificó estos actos como “cobardes” y los vinculó directamente a la condena de la expresidenta.
Un llamado a la convivencia democrática
Frente a este panorama, la UCR La Plata emitió un comunicado contundente: “Ninguna diferencia política puede justificar el hostigamiento, el agravio o la violencia. El ataque a nuestros comités es un ataque a la democracia misma”. El texto, respaldado por la militancia radical, llama a frenar los discursos de odio y a recuperar el respeto por las ideas divergentes. “Defender la democracia no es una consigna vacía: es una responsabilidad de todos. Y es ahora, antes de que sea demasiado tarde”, subrayó Nicoletti.
El partido anunció que ya presentó denuncias judiciales para que se investiguen los hechos y se identifiquen a los responsables. Además, solicitó que se revisen las cámaras de seguridad de las zonas afectadas, un pedido que también realizó el Partido Justicialista (PJ) de La Plata tras un ataque similar a su sede en 2022.
Un contexto de polarización extrema
Los ataques a las sedes de la UCR se producen en un momento de profunda polarización política en Argentina. La confirmación de la condena a Cristina Kirchner ha reavivado el enfrentamiento entre kirchneristas y opositores, mientras que el discurso del presidente Milei, que en el pasado calificó un ataque a la UCR como un “autoatentado”, ha sido señalado por el radicalismo como un factor que contribuye al clima de hostilidad.
En La Plata, la situación se agrava por la histórica rivalidad entre facciones políticas y gremiales, como las disputas dentro de la UOCRA, que han dejado un saldo de violencia y detenciones en los últimos años. La ciudad, conocida por su intensa actividad política y estudiantil, parece ser un epicentro de estas tensiones, que trascienden los partidos y se trasladan a las calles.
Reacciones y solidaridad
La denuncia de la UCR La Plata generó un eco inmediato en las redes sociales. Desde la agrupación CON en la UCR expresaron su “más enérgico repudio” a los ataques y solidaridad con la militancia local. Asimismo, la Juventud Radical de Buenos Aires manifestó su preocupación por “la escalada de violencia en discursos de odio y ataques contra los espacios de militancia”, instando a defender la libertad con tolerancia.
El arco político también se pronunció. Dirigentes de distintos partidos, incluyendo sectores del PRO y la Coalición Cívica, aliados de la UCR en la Octava Sección Electoral, condenaron los hechos y pidieron esclarecimiento. La sociedad civil, por su parte, comienza a organizarse: en algunos espacios, como escuelas platenses que han sufrido hechos de violencia, se planean acciones simbólicas como abrazos a los edificios para rechazar la intolerancia.
Un futuro incierto
Los ataques vandálicos a las sedes de la UCR en La Plata no solo reflejan un momento de crispación política, sino que también plantean preguntas sobre el futuro de la convivencia democrática en Argentina. Mientras el país se prepara para las elecciones legislativas de septiembre, la UCR platense insiste en construir “una alternativa democrática, republicana y profundamente platense”, alejada tanto del “populismo kirchnerista” como del “extremismo de Milei”.
En un contexto donde los extremos parecen dominar el debate público, la advertencia de la UCR resuena con urgencia: la democracia no puede darse por sentada. Los hechos de esta madrugada en La Plata son un recordatorio de que, sin diálogo y respeto, el camino hacia la violencia política puede ser más corto de lo que parece.


