Larroque, exfundador de La Cámpora y figura clave del entorno de Kicillof, no escatimó en críticas al señalar que un sector liderado por Máximo Kirchner está obstruyendo la adecuación de los plazos electorales, un paso clave para garantizar la organización de las elecciones en la provincia.
La interna del peronismo bonaerense alcanzó un nuevo pico de tensión este lunes, tras las explosivas declaraciones del ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés “Cuervo” Larroque, quien acusó al líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, y a su “bandita” de “extorsionar” al gobernador Axel Kicillof en el marco de la definición de los plazos electorales para los comicios legislativos de 2025. Las críticas, vertidas en una entrevista radial con El Destape, exponen una fractura profunda en el oficialismo provincial y amenazan con complicar la estrategia electoral de Unión por la Patria (UP) frente al gobierno de Javier Milei.
Un conflicto que pone en jaque la democracia bonaerense
Larroque, exfundador de La Cámpora y figura clave del entorno de Kicillof, no escatimó en críticas al señalar que un sector liderado por Máximo Kirchner está obstruyendo la adecuación de los plazos electorales, un paso clave para garantizar la organización de las elecciones en la provincia. Según el ministro, la negativa de legisladores camporistas, como Facundo Tignanelli y Teresa García, a acompañar la reforma de una ley de 1946 que regula los cronogramas electorales responde a una maniobra para “negociar espacios de poder” a costa de la gobernabilidad.
“Están extorsionando al gobernador. Subordinan el funcionamiento normal de las instituciones y la democracia bonaerense a una negociación por espacios de poder”, disparó Larroque, remarcando que la falta de un calendario electoral claro pone en riesgo los comicios legislativos previstos para el 7 de septiembre (provinciales) y el 26 de octubre (nacionales). “Es de una irresponsabilidad supina. Pareciera que el problema para ellos es Axel y no Milei”, agregó, en una clara alusión a la gestión del presidente libertario.
El conflicto se agudizó tras la sesión legislativa del lunes, donde se aprobó la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para 2025, pero no se trataron los artículos que modifican los plazos de presentación de listas y candidaturas, un pedido expreso de la Junta Electoral y del propio Kicillof. La ausencia de Tignanelli, jefe del bloque de UP en Diputados, en una reunión previa con la Justicia Electoral fue interpretada en La Plata como un nuevo gesto de desafío hacia el gobernador.
La Cámpora en el ojo de la tormenta
Larroque apuntó directamente al “grupito de Máximo”, desvinculando a Cristina Kirchner de la disputa y aclarando que no representa a la totalidad de La Cámpora. “No estamos discutiendo a Cristina. Estamos discutiendo a la bandita de Máximo, que toma de rehén a la organización”, afirmó, en un intento de circunscribir el conflicto a un sector específico del kirchnerismo duro. El ministro defendió la gestión de Kicillof, destacando su “valentía” al enfrentar al gobierno de Milei desde el primer día, mientras acusó a los legisladores camporistas de actuar como “opositores” dentro del propio oficialismo.
El trasfondo de la disputa, según fuentes cercanas al gobierno bonaerense, radica en la decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, una movida que generó malestar en La Cámpora y en Cristina Kirchner, quien abogaba por una elección unificada. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, vocera del sector, había calificado la decisión como “unilateral e inconsulta”, recordando que la expresidenta está dispuesta a candidatearse en la tercera sección electoral si persiste el desdoblamiento.
Una interna que debilita al peronismo
La escalada de acusaciones no pasó desapercibida en las redes sociales, donde el tema se convirtió en tendencia. Usuarios de X reflejaron la polarización: algunos respaldaron a Larroque, celebrando su defensa de Kicillof como “la figura más fuerte del peronismo”, mientras otros lo acusaron de profundizar la grieta interna en un momento crítico para el país. “Larroque tiene razón, La Cámpora juega para Milei al debilitar a Axel”, escribió un usuario, mientras otro replicó: “Esto es un circo, se pelean por cargos mientras la gente no llega a fin de mes”.
En el entorno de Kicillof, la sensación es de hartazgo. Un funcionario cercano al gobernador aseguró a este medio que “si quieren romper, que lo digan de una vez, pero que dejen de inventar excusas”. La falta de apoyo legislativo, sumada a las tensiones por el presupuesto y la ley impositiva a fines de 2024, refuerza la percepción de un “golpe institucional” orquestado por La Cámpora, como Larroque denunció semanas atrás.
¿Hacia un quiebre definitivo?
La interna bonaerense no solo amenaza la unidad de UP, sino también la capacidad del peronismo para posicionarse como alternativa frente a Milei de cara a 2027. Larroque insistió en la necesidad de “cerrar filas” detrás de Kicillof, a quien definió como un “sobreviviente” de la debacle electoral de 2023 y el principal bastión opositor al gobierno nacional. “La solución es apoyar al gobernador. Axel viene sosteniendo una gestión compleja en un contexto de asfixia económica”, sentenció.
Mientras tanto, desde La Cámpora guardan silencio oficial, aunque el malestar es evidente. La ausencia de intendentes y funcionarios camporistas en actos recientes de Kicillof, como el de Florencio Varela en 2024, y las críticas públicas de figuras como Mendoza sugieren que la reconciliación está lejos.
Con el reloj electoral corriendo, la provincia de Buenos Aires se encuentra en una encrucijada. La falta de acuerdo sobre los plazos pone en riesgo la logística de los comicios, mientras la guerra verbal entre Larroque y el sector de Máximo Kirchner alimenta la incertidumbre. En La Plata, el mensaje es claro: o se respalda a Kicillof, o el peronismo corre el riesgo de una implosión que podría beneficiar al oficialismo nacional. La pregunta que queda en el aire es si Cristina Kirchner, hasta ahora en un segundo plano, intervendrá para apaciguar las aguas o si optará por respaldar a su hijo en esta pulseada por el poder.