En un intento desesperado por contener la fragmentación del PRO, Mauricio Macri evalúa lanzar su propia candidatura. Con la posible alianza de los principales dirigentes con Javier Milei, el partido se enfrenta a un futuro incierto y lleno de tensiones internas. ¿Será esta la solución para frenar la sangría en el PRO o un último intento en vano del expresidente?
El expresidente Mauricio Macri enfrenta un momento crítico en su intento por mantener la cohesión del PRO (Propuesta Republicana). A pesar de haber avalado el operativo clamor de su primo Jorge Macri, la situación interna del partido se ha deteriorado significativamente. Los principales dirigentes del PRO están considerando un acuerdo con Javier Milei y su movimiento La Libertad Avanza (LLA), lo que ha generado tensiones y divisiones dentro del partido.
La crisis interna del PRO se ha visto agravada por la salida de varios de sus miembros históricos, como Néstor Grindetti y Luis Juez, quienes han mostrado su descontento con la dirección de Macri. La renuncia de Juez a la jefatura del bloque del PRO y su posible candidatura como gobernador de Córdoba por LLA en 2027 son solo algunos ejemplos de la creciente fragmentación del partido.
Además, la relación entre Macri y Patricia Bullrich, exministra de Seguridad y figura destacada del PRO, se ha deteriorado debido a sus diferencias sobre la estrategia a seguir. Bullrich ha estado trabajando abiertamente con los libertarios, lo que ha generado aún más conflictos dentro del partido.
En medio de esta crisis, Macri ha considerado la posibilidad de lanzar su propia candidatura para frenar la sangría y recuperar el control del PRO. Sin embargo, hasta ahora no ha tomado una decisión definitiva al respecto. La próxima cena de recaudación organizada por la Fundación Pensar, liderada por María Eugenia Vidal, podría ser el escenario perfecto para que Macri anuncie su posible candidatura.
La situación actual del PRO es un reflejo de los desafíos que enfrenta la política argentina en estos momentos. La fragmentación y las divisiones internas no solo afectan al partido, sino también a la estabilidad política en el Congreso. Solo el tiempo dirá si Macri logrará contener la sangría y reunir a su partido, o si la alianza con Milei será la solución que buscan los principales dirigentes del PRO.