En medio de la campaña bonaerense, Máximo Kirchner encendió una nueva chispa en la interna peronista al cuestionar públicamente al gobernador Axel Kicillof por la distribución de fondos para obras públicas. El reclamo tuvo lugar durante la inauguración del polideportivo Diego Armando Maradona en Quilmes, junto a la intendenta Mayra Mendoza y el candidato nacional Jorge Taiana. La frase que sacudió la escena política fue clara y concisa: “Ojalá ponga el mismo dinero en Quilmes que pone en La Plata”. Y remató: “Me va a encantar, Quilmes lo necesita”.
Lo llamativo: apenas horas antes, el propio Kicillof había inaugurado con Mendoza una alcaidía en ese mismo distrito. Esto introduce una tensión palpable; el mensaje apunta al núcleo duro del peronismo bonaerense.
Una crítica en clave territorial
El origen del comentario de Máximo no es gratuito. Su mención a La Plata —con sus plazas renovadas y edificios emblemáticos— juega directamente con la percepción de que la capital provincial recibe mayor atención e inversión, algo que muchos vecinos de otros partidos del conurbano sienten con justa envidia o reclamo. En un contexto preelectoral, ese señalamiento retumba fuerte: no es solo una interna política, sino un reclamo desde territorios que se sienten relegados.
Tensión al interior del peronismo
Este episodio no llega en un vacío: se da justo cuando aún están vacantes cuatro cargos en la Suprema Corte bonaerense. Esa demora preocupa a sectores que consideran esencial afianzar el funcionamiento judicial y acelerar designaciones pendientes. Personas cercanas a Máximo aseguran que tanto él como Sergio Massa han instado a Kicillof a actuar sin más dilaciones. “No puede ser que el gobernador se la pase denuncian do el ‘lawfare’, pero en la provincia sólo haya tres jueces en la Corte”, dicen, sacando a relucir la paradoja de la retórica pública contra el desfase institucional real.
Desde el Gobierno, por lo pronto, se bajan los decibeles y priorizan el llenado de vacantes en juzgados y cámaras. Según fuentes oficiales, desde la llegada del ministro de Justicia Juan Martín Mena ya se logró avanzar en cientos de nombramientos —pero eso no alcanza para silenciar los recelos internos, que van en aumento a medida que se acerca el acto electoral.
Qué pasa en La Plata: ¿por qué resuena tanto ese reclamo?
En nuestra capital provincial, el recuerdo de las mejoras urbanas —espacios verdes, renovaciones patrimoniales, obras visibles— está reciente y genera orgullo. Justamente esa visibilidad es lo que genera el contraste con municipios vecinos. Para nosotros, lectores platenses, esta discusión tiene un doble filo: nos recuerda las apuestas en infraestructura que nos dan identidad y, al mismo tiempo, nos alerta de un posible centralismo territorial que puede generar roces y pérdidas de unidad política en la provincia.
- Máximo Kirchner volvió a sacar a la luz tensiones en el peronismo bonaerense con un reclamo que ha calado fuerte: igualdad de recursos entre Quilmes y La Plata.
- La reacción del Gobierno en Kicillof se combinó con gestos institucionales (inaugurar una alcaidía), pero eso no contenía el ruido interno.
- El trasfondo: designaciones judiciales demoradas, reclamos de equilibrio territorial y una interna peronista cada vez más visible.
- Para el público de La Plata, esta interna refleja nuestras ventajas simbólicas e infraestructurales… y al mismo tiempo plantea cuestionamientos sobre equidad regional en gestión.