La estrategia de Máximo y Massa apunta a unificar las listas bajo una sola junta electoral, evitando disputas internas por la «lapicera» del armado. Sin embargo, el MDF insiste en que no aceptará imposiciones y reclama un lugar en la mesa de decisiones. El MDF exige una representación equitativa en la lista de apoderados, argumentando que su peso territorial y electoral justifica un rol protagónico en la estrategia electoral.
En un nuevo capítulo de la interna peronista, Máximo Kirchner, líder de La Cámpora y presidente del PJ bonaerense, intensifica la presión sobre el gobernador Axel Kicillof y su Movimiento Derecho al Futuro (MDF) en la disputa por el control de los apoderados electorales de cara a las elecciones legislativas de 2025. La pulseada, que se desarrolla a contrarreloj con el plazo del 9 de julio para inscribir alianzas electorales, refleja las tensiones internas en Unión por la Patria (UP) y pone en jaque la unidad del peronismo en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país.
Un tablero político en ebullición
Hoy, 2 de julio de 2025, el escenario político bonaerense se encuentra en un punto de inflexión. Según fuentes cercanas al PJ, Máximo Kirchner ha convocado a una reunión clave del Consejo del Partido Justicialista para avanzar en la definición de los apoderados que representarán al frente electoral en las elecciones provinciales del 7 de septiembre y las nacionales del 26 de octubre. Esta movida, respaldada por el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, busca consolidar una estructura jurídica y política que garantice el control del armado electoral. Sin embargo, el MDF de Kicillof no está dispuesto a ceder terreno y reclama una representación significativa en la lista de apoderados, exigiendo que su espacio tenga voz y voto en las decisiones clave.
El conflicto se intensificó tras la publicación en X de un mensaje del periodista Hernán Sánchez (@hernansanchez03), quien señaló: «Máximo le mete presión a Kicillof y el MDF va a fondo en la pelea por los apoderados». Este post refleja el clima de tensión que atraviesa el peronismo, donde las negociaciones por la unidad se ven amenazadas por intereses contrapuestos. Desde el entorno de Kicillof, se advierte que, en caso de no llegar a un acuerdo, el MDF podría presentar listas propias en los 135 municipios de la provincia, una jugada que podría fracturar definitivamente al peronismo.
La sombra de Cristina y el desdoblamiento electoral
La disputa por los apoderados no es un hecho aislado, sino parte de una interna que lleva meses gestándose. La condena y prisión domiciliaria de Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, ratificada por la Corte Suprema el 10 de junio de 2025, ha reconfigurado el escenario político. Cristina, presidenta del PJ nacional, ha recuperado centralidad opositora, y su hijo Máximo busca capitalizar esa influencia para liderar el armado electoral. Sin embargo, Kicillof, respaldado por intendentes de peso como Fernando Espinoza (La Matanza) y Julio Alak (La Plata), insiste en mantener la autonomía de su espacio y en el desdoblamiento de las elecciones provinciales, una decisión que el kirchnerismo duro ha cuestionado duramente.
El desdoblamiento, confirmado por Kicillof para el 7 de septiembre, generó fricciones desde el inicio. En abril, la senadora cristinista Teresa García llegó a presentar un proyecto para que las elecciones fueran concurrentes, alineándose con la postura de Cristina y Máximo de nacionalizar la batalla electoral contra el gobierno de Javier Milei. Aunque Cristina finalmente retiró la iniciativa como un gesto de acercamiento, dejó claro que consideraba el desdoblamiento «no aconsejable» en el contexto de crisis económica y social.
El MDF y la búsqueda de autonomía
El Movimiento Derecho al Futuro, liderado por Kicillof, se ha consolidado como un actor clave dentro del peronismo bonaerense. Con el respaldo de cerca de 50 intendentes, legisladores y sectores de la CGT, el gobernador busca fortalecer su liderazgo de cara a 2027, cuando podría proyectarse como candidato presidencial. El MDF exige una representación equitativa en la lista de apoderados, argumentando que su peso territorial y electoral justifica un rol protagónico en la estrategia electoral. «Axel tiene que salir fortalecido de esta negociación. Es el único en el horizonte del peronismo en 2027», afirmó un dirigente del MDF a Infobae.
Sin embargo, desde La Cámpora advierten que cualquier intento de ruptura será responsabilidad de Kicillof. «Máximo está dando todos los pasos para garantizar la unidad», señaló un referente camporista, quien acusó al gobernador de dividir al peronismo en un momento crítico. La designación de Facundo Tignanelli (PJ) y Rubén Eslaiman (Frente Renovador) como apoderados principales por parte de Máximo y Massa refuerza esta postura, dejando al MDF en una posición de negociación desfavorable.
Una carrera contrarreloj
Con el plazo del 9 de julio acercándose, el peronismo enfrenta una carrera contrarreloj para definir la estructura del frente electoral. La reunión de este viernes en la sede del PJ en la calle Matheu será crucial. Aunque se invitó a sectores como el Frente Grande, alineado con Kicillof, la exclusión inicial del MDF en las negociaciones generó malestar. Federico Otermín, intendente de Lomas de Zamora, actúa como nexo entre ambos espacios, pero las diferencias persisten.
La estrategia de Máximo y Massa apunta a unificar las listas bajo una sola junta electoral, evitando disputas internas por la «lapicera» del armado. Sin embargo, el MDF insiste en que no aceptará imposiciones y reclama un lugar en la mesa de decisiones. «Si Cristina quiere imponer toda la lista de la Tercera, entonces no hay unidad», advirtió un funcionario cercano a Kicillof, en referencia a la posible candidatura de Cristina como diputada provincial en la Tercera sección electoral.
El impacto de la interna en el peronismo
La pelea por los apoderados no solo define el control técnico del armado electoral, sino que también pone en juego el liderazgo del peronismo bonaerense. Mientras Máximo y Cristina buscan recuperar la centralidad tras la condena de la expresidenta, Kicillof apuesta por consolidar su autonomía como referente de una renovación peronista. La marcha del 18 de junio en apoyo a Cristina, que reunió a más de 150 mil personas en Plaza de Mayo, mostró la fortaleza del kirchnerismo, pero también evidenció las divisiones, con el MDF participando bajo su propio estandarte.
En las redes sociales, la interna peronista genera un intenso debate. Usuarios en X destacan la tensión entre Máximo y Kicillof, con algunos apoyando la postura del gobernador de fortalecer su espacio y otros defendiendo la conducción de Cristina como un símbolo de resistencia frente al gobierno de Milei. Sin embargo, la falta de unidad podría debilitar al peronismo en un momento clave, cuando la oposición busca capitalizar el descontento social por la crisis económica.
¿Hacia la unidad o la fractura?
El peronismo bonaerense se encuentra en una encrucijada. La presión de Máximo Kirchner sobre Kicillof y el MDF refleja una lucha por el control del armado electoral que podría definir el futuro del peronismo en la provincia y a nivel nacional. Mientras el kirchnerismo busca imponer su liderazgo, Kicillof defiende su autonomía y reclama un lugar para su espacio en la toma de decisiones. Con el plazo del 9 de julio a la vuelta de la esquina, las próximas horas serán decisivas para determinar si el peronismo logra una lista de unidad o si la interna desemboca en una ruptura que podría beneficiar al oficialismo de Javier Milei.
La reunión de este viernes en el PJ será un termómetro clave. ¿Podrán Máximo, Massa y Kicillof encontrar un punto de acuerdo? ¿O la pelea por los apoderados marcará el inicio de una fractura irreparable? En el peronismo, donde las negociaciones suelen definirse en los últimos minutos, 17 días parecen una eternidad, pero el reloj ya está corriendo.