Entre noviembre de 2023 y mayo de 2025, la Argentina perdió 223.537 puestos registrados y 15.564 empleadores con personal a cargo. El dato surge de un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) elaborado en base a los registros de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y confirma un deterioro persistente del entramado productivo durante el primer tramo del gobierno de Javier Milei.
Menos empleadores, menos trabajo
El número de empresas con personal registrado cayó de 512.357 a 496.793 en el período analizado: –15.564 en términos absolutos. En paralelo, el empleo asalariado formal pasó de 9.857.173 a 9.633.636 personas, una baja del 2,27%. En síntesis: menos firmas activas y menos trabajadores con aportes.
Sectores que más retrocedieron
El golpe no fue parejo. Transporte y almacenamiento encabeza la sangría de empleadores (–4.094, –10,4% en términos relativos). También retrocedieron Servicios inmobiliarios (–2.617), Comercio (–2.387), Servicios profesionales (–1.783) y Construcción (–1.669). Para el público de la región capital, el ajuste en construcción y transporte se traduce en menos actividad logística y obras ralentizadas, dos motores que suelen irradiar actividad sobre comercios y oficios en La Plata y alrededores.
Del lado del empleo, los recortes más profundos se vieron en Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria (–98.653), Construcción (–80.873; –16,9% en términos relativos), Transporte y almacenamiento (–54.935; –10,3%) e Industria manufacturera (–39.016). Son sectores con fuerte presencia en el Gran La Plata por el peso del Estado, la obra pública/privada y los corredores logísticos que conectan con el AMBA.
El tamaño sí importa: quiénes achican personal y quiénes desaparecen
Casi todas las empresas que dejaron de estar activas fueron pymes (hasta 500 empleados): 99,69% de los casos (–15.515 firmas). Sin embargo, el ajuste de planteles se concentró en las grandes: compañías de más de 500 trabajadores explican el 74% de los puestos perdidos (–165.625), contra –57.912 en pymes (26%). En términos proporcionales, los grandes empleadores achicaron –3,46% su dotación, frente a –1,14% en las firmas chicas y medianas.
Para el ecosistema local, esa combinación es doblemente problemática: menos pymes significa menor capilaridad de empleo y proveedores; grandes con tijera implican un arrastre negativo sobre cadenas enteras (logística, servicios profesionales, mantenimiento, comercio).
Los pocos que sumaron
Hubo bolsillos de crecimiento que no alcanzaron a compensar el saldo general: Enseñanza (+38.965), Agricultura y ganadería (+29.998) y Comercio (+15.351) agregaron empleo; también mostraron subas moderadas Salud, Minería y Actividades administrativas. Pero la magnitud de las caídas en sectores clave mantuvo la balanza en rojo.
Claves para entender el impacto en La Plata
- Construcción a la baja: menos obra pública y privada repercute en cuadrillas, corralones, metalmecánica y transporte local.
- Ajuste estatal: la caída en administración pública recorta empleo directo y demanda de servicios asociados en la ciudad capital.
- Logística frenada: el retroceso en transporte afecta a la cadena de suministros que conecta el Puerto La Plata, parques industriales y comercios de cercanía.
Qué mirar hacia adelante
Con una economía que todavía no recupera tracción, la radiografía deja dos alertas: el vaciamiento del tejido pyme y el ajuste concentrado en grandes firmas. Si no hay un giro de la actividad, la salida difícilmente llegue por derrame: hará falta financiamiento, obra con efecto multiplicador y políticas que sostengan demanda y empleo, especialmente en sectores con anclaje regional.